Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

jueves, 1 de julio de 2010

Ideas enlatadas

Para el vecindario Victoriano era un bicho raro y él tenía claro el porqué. Su prodigioso cerebro funcionaba siempre al límite procesando todo tipo de información, y ahora tenía como hobby el descifrar todos aquellos problemas matemáticos, enigmas y acertijos que a lo largo de la historia se habían mantenido irresolubles. Podría haber pasado a la posteridad como el científico más insigne e incluso haber ganado todos los Premios Nobel posibles; sin embargo vivía casi en la indigencia y sólo era conocido por el estrepitoso ruido que emitían los rebosantes cajones que estallaban casi a diario en su casa.

MIGUEL

8 comentarios:

Anita Dinamita dijo...

Cuantos genios dormirán en un portal entre algunos cartones!!!
Creo que el exceso de inteligencia, muchas veces está cercano a la locura.
Buen micro Miguel!

Miguel dijo...

Anita Dinamtia tienes toda la razón. Hay muchos casos en los que van de la mano.

Saludos

Maite dijo...

No puedo estar más de acuerdo con Anita, y con el reflejo de tu relato.

Un abrazo

Tinta Roja dijo...

Montones de genios dando vuelta por el mundo y nadie que se digne a frotar la lampara.
Un abrazo.

Unknown dijo...

Buena persona éste Victoriano,quien pudo volar el mundo en pedazos y no lo hizo.
Me cae bien gente así.

Isabel Mª dijo...

Me gustó pero no sé si acabo de comprender el giro final de los cajones rebosando...

Isabel Mª dijo...

He dudado sobre si es "irresolubles" o irresolutos"

Miguel Molina dijo...

Es la historia de los genios incomprendidos o que simplemente no quieren darse a conocer.

Isabel lo de los cajones está relacionado con la idea que me inspiró la historia. Se trataba de un anuncio que decía "no dejes tus ideas olvidadas en un cajón" o algo así.

Por cierto irresoluble o irresoluto, las dos son igual de válidas.

Saludos

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.