“¿Quieres que te cuente el cuento de pan y pimiento y de rábano asado?”, me preguntaba mi abuelo. “Sí”, le contestaba yo. “No te digo ni que sí ni que no. Lo que te digo es que si quieres que te cuente el cuento de pan y pimiento y de rábano asado”, insistía. Entonces contestaba no y él repetía lo mismo hasta que me cansaba y me iba. Aquello no tenía ningún sentido para mí pero siempre le seguía el juego un rato. Mi abuelo vivía solo, con mis padres, mi hermano y yo y era el único cuento que sabía.
lunes, 31 de enero de 2011
"ZOOM. CIENTO Y PICO NOVELAS A ESCALA"
El fotógrafo se encuentra ante los restos de un campo de batalla inabarcable, con miles de caídos sobre el terreno. Mediante el visor de su cámara selecciona un fragmento de realidad. Acciona el zoom y escoge una porción: un charco de barro con una docena de cuerpos. Vuelve a girar el zoom para acercarse a la escena: un joven soldado flota junto a su arma. Una vuelta más y enfoca la mano derecha del muchacho. El chico tiene algo entre sus dedos. El pulgar y el índice sujetan una minúscula criatura con alas blancas. El zoom no da más de sí. Para capturar la imagen, el fotógrafo tiene que acercarse y utilizar la opción «macro» de su cámara. Este libro de microrrelatos utiliza un objetivo «macro», pero paradójicamente, en Literatura, al «macro» se le denomina «micro». Zoom es un libro con ciento y pico realidades a escala, ciento y pico novelas captadas desde tan cerca, que sólo podemos leer un párrafo. Zoom no fotografía el campo de batalla, Zoom enseña al pequeño ser alado que sujetan los dedos del soldado. Zoom no muestra el fuego de un océano en llamas, Zoom enfoca la mano del pirómano que huye por la orilla. Zoom no describe el bosque de rascacielos, Zoom se centra en el rostro de un cíclope trajeado que observa la ciudad desde una ventana. Como un zoom gigante. Como un gran «macro». Como un descomunal «micro». De la única manera posible. Acercándonos mucho. Acercándonos.
La casa que no tenía espejos.
Llegó una noche de tormenta, hambriento y desvalido, buscando posada.
Mudanza
(Como a todos los cangrejos ermitaños, le molestaba cambiar de casa al crecer. Sin embargo, esta vez había merecido la pena).
Puri Menaya. El rincón de la bruja de chocolate
Dulces besos y un sueño
domingo, 30 de enero de 2011
Rectitudes
El cartógrafo
PATOLOGÍA.
Tal apatía la provocó su pata por darle la patada y valga la redundacia la patita Patricia le hizo una auténtica patada.
Para mayor ofensa el paterío le apodó sinpático lo cual lo puso patológico.
Todo un pathos éste asunto.
Ahora debía empatar y buscó a un sabio, el pavo impávido. éste le dijo --- Tú empata, vé al pantano y causales una pataleta que los deje patidifusos en su propio patio.
Que difícil es lograr la empatia.
Como no era psicópata se trataría con un homeópata. El doctor Zapata. Quien le diagnósticó con hepatitis.
Pase de revista
sábado, 29 de enero de 2011
EL PACTO
ORIFICIO DE SALIDA
Buena puntería
Electrodomésticos, dos en una
Allá, en el hospicio de Cuatro Caminos, lo más parecido al complejo de Edipo era pasarse el día pegado a la estufa para sentir su calor.
el retorno
Tras la cuenta atrás, el frigorífico se elevó y salió despedido hacia la luna. Atravesó el techo, y la lámpara de araña con cristalitos brillantes de la profesora de piano. En su vuelo sorteó el dormitorio de los Benítez, como estaba previsto. Al salir por la chimenea, se desprendió de los imanes de la puerta. Llegado el punto de no retorno, Javi se comió el bocadillo de mortadela que le había preparado su madre. Ya en el satélite amigo abrió la puerta, no sin antes coger mucho aire. Así, con el disfraz de teletubby y manteniendo la respiración se dio un paseo, pateó unas cuantas piedras y regresó. Mientras se comía el de salami pensó que esto de ser astronauta no era para tanto, y se volvió a casa. Su madre se había ido a hacer un recado, y él se tumbó a ver la tele que es lo que hace cuando quiere tumbarse a ver la tele y su madre ha salido a hacer un recado.
bicefalepena
viernes, 28 de enero de 2011
Causa probable de muerte
Caboclo
http://capiroba.blogalia.com
jueves, 27 de enero de 2011
Recuerdos
Blog: Palabras preci(o)sas
miércoles, 26 de enero de 2011
Reciclaje
Cabreado consigo mismo, con la vida, con el mundo, no sabía qué hacer. Un barbero con Parkinson no era el mejor reclamo para el negocio.
Tras sopesarlo bien, semanas después montó un negocio de comida rápida. Poco a poco los clientes de la barbería fueron desapareciendo, pero la hamburguesería fue un éxito rotundo. No había carne más sabrosa que la que vendía Melquíades.
En 99 palabras
Cuatro Nanos
Ella lo abandonó, antes incluso de que acabaran de construir la casa en la que habían de vivir juntos. Él escribió con pintura blanca sobre una pared de ladrillos: Techo de menos.
Hugo Cueto
Loca venganza
Le siguió hasta un callejón. Un adoquín, junto a la rabia acumulada, transformó aquel rostro odiado en una masa deforme y sanguinolenta. De vuelta a casa, saboreando su venganza, se cruzó con un compro-oro y le vio, miró al vendedor ambulante y le vio, observó al taxista y le vio…
En 99 palabras
El gigante tragón
Ilustración de Carmen Rapallo (6 años) |
Nantú es un gigante grande y torpe. Siempre tiene hambre. Cuando ve el sol brillando en el cielo, lo confunde con una apetitosa naranja. Le gustaría comérsela, pero está tan alta que por más que se estira no consigue alcanzarla.
Más tarde, Nantú se da cuenta de que la gran naranja va descendiendo poco a poco, así que se esconde justo detrás de la línea donde se unen el cielo y la tierra, abre su boca enorme y espera.
El sol, rodando, rodando, se mete dentro de la boca de Nantú. Los pájaros despiden el día cantando y el cielo se pinta de negro.
Nantú traga deprisa, pero cuando el sol por fin llega a su estómago, siente un fuego que lo abrasa por dentro y no tiene más remedio que arrojarlo con todas sus fuerzas.
El sol, impulsado por Nantú, comienza a subir en el cielo. Se hace de día. Nantú es un monstruo tan tonto que, cuando lo ve de nuevo en lo alto, vuelve a confundirlo con una naranja.
Elisa de Armas
http://pativanesca.blogspot.com
En Issuu podéis descargar el relato con dos ilustraciones para imprimirlo por las dos caras y doblarlo como un librito.
Vocación por amor
En 99 palabras
martes, 25 de enero de 2011
Calígrafo
lunes, 24 de enero de 2011
Monstruo
http://relatosenlinea.blogspot.com/
CON EL PITILLO EN LA BOCA Y CENIZA EN LAS TECLAS
¡Cuando me encuentren!
domingo, 23 de enero de 2011
Kevlar
La reunión.
CELIA
Creo que son extranjeros. Al niño calvo de la ciento uno le llaman el Hodgkin; debe de ser inglés, aunque se lamenta en un perfecto castellano. Al gordito de al lado le dicen el Asperger, pero siempre está callado y resulta imposible averiguar su idioma. Conmigo se confunden, me han nombrado como la Metástasis, o algo así. Los médicos son muy raros y no se les entiende ni la mitad de sus murmuraciones. No importa: me llamo Celia, tengo siete años y soy de Cuenca.
Manuel Merenciano
sábado, 22 de enero de 2011
GRANDES HAZAÑAS
Ahora, en plena revolución, lo iba buscando por toda la ciudad, con ganas de revancha. En cada palacio, casa señorial o refugio, me hizo escudriñar hasta el más pequeño escondrijo. Llevaba su látigo, para que conociera en sus propias carnes lo que sufrió mi padre antes de morir desangrado. No hubo suerte. No lo he encontrado. Así que bebamos para olvidar.
-Hombre, gracias, hijo, por traerme mi látigo. ¿Qué sería de un buen bolchevique sin su sagrado látigo? ¡Qué tiempos aquellos en el pueblo …!
Adivín Serafín
Jéssica 110
Towanda
1944, BOSQUES DE HÜRTGEN
viernes, 21 de enero de 2011
Rápido
Todo avanza. Regular, veloz, monótono. Intermitentes centellas que me rodean en estruendoso sonido. Mi cabeza gira enloquecida intentando captarlo todo pero no puede, nunca ha podido. Los gritos, inconmensurables. Yo, solo. Alrededor, mi silencio, eterno compañero. Todo avanza, no lo niego. Y mientras tanto, la canción triste sigue estando ahí.
Todo avanza. Y yo, vomito.
Terapia rejuvenecedora
Puck
jueves, 20 de enero de 2011
¡Esas manos!
Torcuato González Toval
miércoles, 19 de enero de 2011
Bases del I Concurso de Microrrelatos "El Microrrelatista"
Sabor Metálico
Nostalgia
Es cómo una sensación, como un aroma que no se disipa. Cómo si nunca te hubieras ido, cómo si todavía estuvieras a mi lado, cómo si todos estos años jamás hubieran pasado. Nostalgia.
-Aun la recuerdas escritor.
No, ya no, ya la olvidé.
-¿Y porqué escribes de ella?
-Ya no la quiero, quizá jamás la quise. No la quiero recordar…
El escritor vagabundo.
martes, 18 de enero de 2011
EN EL TECLADO
Recuerdos en color
Ardid
lunes, 17 de enero de 2011
COMPAÑERO VÍCTOR
En Primaria, tuve un compañero al que nadie quería. Era un niño triste que evitaba el contacto con los demás y pasaba los recreos en un rincón del patio de la escuela. Faltaba mucho a clase porque sufría continuos accidentes y cuando volvía, la maestra repetía para él las lecciones que habíamos dado. Un día, al explicarle el nombre abstracto, le puso como ejemplo el amor de los padres hacia los hijos; luego le preguntó si había comprendido lo que era un nombre abstracto. Él, sin levantar la cabeza, la movió de arriba abajo y contestó: “Una mentira”.
Libre albedrío.
Ser o no ser
Si un día te miras al espejo y no te reconoces, no te preocupes, quizás no eres tú a quien estás viendo.
Su
Cuando la lluvia llora
domingo, 16 de enero de 2011
Ciclos
sábado, 15 de enero de 2011
HOJARASCA
Un juego nada infantil.
Lenta travesía al mar en calma
Hoy parece tranquilo. Desvanece sus ansias en la sonrisa de una bonita muchacha que me muestra un catálogo de marcos. Suspira. Creo que sueña. Quiero creer que hoy, al volver a casa, no dibujará en la pared con los dedos tiznados de lágrimas el dibujo que hubiera deseado trazar, entre risas y magia, junto a mi mujer, de manos del que no fue su hijo.
Blues en León
jueves, 13 de enero de 2011
Nota roja
OBJETIVOS DE VIDA CUMPLIDOS
La princesa
Últimamente pasa tanto tiempo allí que él se ha visto obligado a encerrarla en una torre de oro, como aquella Rapunzel. No hay trenzas para llegar a ella. El Diazepam hace las veces de escalera.
Blog: Palabras Preci(o)sas
Milagro
Con el corazón encogido por la angustia y la nostalgia, una lágrima resbaló por su mejilla y fue a caer en mitad de la hoja en blanco. Fue entonces cuando del cerco húmedo comenzó a brotar una tímida palabra. Casi sin darse cuenta apareció otra al lado y luego otra y otra allá un poco más lejos. La seca blancura se fue poblando de nuevo de pequeños ejércitos de hormigas negras que traían un regalo inesperado.
Blog: Palabras preci(o)sas
Eternidad
El juego del escondite ya no tiene sentido pues conocen todos y cada uno de los lugares habituales del otro. Hace mucho que dejaron de buscarse, pasado el entusiasmo de los primeros tiempos. Ya se lo han contado todo y lo han visto todo. Han disfrutado mutuamente de su compañía hasta que la compañía dejó de ser un disfrute.
Ahora, ella dormita perezosa bajo un cerezo, arrullada por el melodioso canto de los pájaros, ajena por completo a los movimientos del otro. En la otra punta del jardín, él observa distraído el horizonte desde lo alto de un frondoso roble y, casi sin darse cuenta, exhala un suspiro indolente.
Mientras, la serpiente, ya asumida la derrota, devora su manzana.
Blog: Palabras preci(o)sas
miércoles, 12 de enero de 2011
En franca desmejoría.
Y al hombre escondido dentro de ese uniforme las cosas le duelen.
Le dolió. Sí. Le dolió hasta la locura.
Así subió hasta la azotea, loco.
Y saltó, dentro del uniforme.
Quienes lo vieron, creyeron que
era un muñeco que caía,
tan colorido.
Sólo sintieron que había un hombre dentro
cuando su cara topó con el suelo,
ante la peluquería
Allí la mujer barbuda (su mujer barbuda)
había decidido cambiar de vida,
empezar de cero.
Ahora una sonrisa de payaso saluda
(incrustada en la baldosa)
a todo aquel que quiera
que lo rasuren.
Hugo Cueto
lunes, 10 de enero de 2011
Consciencia
Él no lo sabía, pero su consciencia tendía a confundir los sueños con los recuerdos.
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BEBÉ
Llamaba a la puerta y ella la abría con ojos cansados y manos quemadas, más una sonrisa resplandeciente en su rostro nunca faltaba.
Mientras le cambiaba el pañal de las caca y pises, soportaba balbuceos estridentes que reventaban sus oídos.
También cuando lloraba desesperado y le tocaba teta hasta que se cansaba.
Bebé no dormía nunca y constantemente exigía, mientras ella esperaba que aquella hora pasase rápido y olvidarle hasta siete días después.
Sesenta minutos más tarde, Bebé se ponía el traje de ejecutivo, le tendía doscientos euros y con un beso se despedía.
Ella cerraba la puerta dejando dentro la miseria de su pobre rica vida.
Carmela
un precio módico
Se sienta, enorme, en el sillón y acerca la cartera de la inmortalidad.
Delinea ojos, contorno de labios, máscara para pestañas, base para el rostros, cremas para arrugas, color para labios, turquesa para los párpados, carmín para los pómulos.
Una pastillita para el alma, un porro para la melancolía.
Un whisky para levantar el ánimo y ya está lista para enfrentar la mierda de vida.
Abre la puerta y se para en el marco, limpiándose con la mano la transpiración del escote.
Los clientes escasean pero no pierde la impía esperanza, que ya flaquea y por ratos se tira a morir, y sigue aguardando a que llegue el amor a su puerta y pague un precio módico por compartir su miseria.
domingo, 9 de enero de 2011
Un poeta
En el jardín.
-"Me quiere, no me quiere, me quiere, no me qu. . . Noooooo, mier. . .". Tuvo que contenerse, no era plan de decir tacos, su madre estaba dentro, en la cocina y no tenía ganas de que la sermoneara por ello, aunque se estaba empezando a poner nerviosa con las puñeteras flores. Y llegó la quinta. Luego la sexta. . . la séptima. . .
Después de media hora Luisa, la madre de Elena, llamó a su hija pues hacía un buen rato que no sabía de ella. La había dejado fuera merendando, así que fue hasta allí para ver qué estaba haciendo su angelito. La encontró en el porche, exhausta y con cara de pocos amigos.
-"¿Qué ha pasado cariño?".
-"Nada mami, tan sólo he estado arrancando las malas hierbas del jardín". Y con una sonrisa maliciosa continuo diciendo;
-"Ya no queda ni una".
DUAL
Aún hoy siento (sentimos) cierto rencor hacia el ginecólogo por administrar a mi (nuestra) madre un fármaco en vías de experimentación. ¡A causa de unas simples hemorroides! La cuestión es que vine (vinimos) al mundo con este lamentable aspecto, y antes de plazo. Ello me (nos) ha acarreado incontables dificultades de convivencia: reyertas por mamar de la misma teta, discusiones por dormir de uno u otro lado, guantazos para escoger la fulana con la que enredarnos... Resulta incómodo esto de ser bicéfalo. Únicamente llegué (llegamos) a un acuerdo cuando elegí (elegimos) vivir del cuento. Lo malo es que yo trabajo de escritor, y éste, de crítico literario.
Manuel Merenciano
Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)
1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.
2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.
3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.
4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.
5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.
6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.
7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.
8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.
9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.
10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.
Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.