Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

domingo, 22 de febrero de 2015

Café Express

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Esa mañana, como tantas, mientras tomabas el café humeante, te miraba. Yo estaba del otro lado de la barra, secando tazas y pocillos de loza blanca con el logo del bar. De tanto en tanto, alzaba la vista para contemplarte,   para deleitarme en ver cómo sorbías la espuma, cómo te rascabas la cabeza, tal vez por el calor de los radiadores o retirabas la bufanda gris, o la a cuadros rojos y negro del cuello. La calefacción estaba alta.
Un cortado fuerte con una medialuna me desplazó de la contemplación. La puerta vaivén con gruesos herrajes de bronce adheridos a los vidrios fuertes de sus hojas, dejó entrar el frío húmedo de junio. Me estremecí, y no por la  humedad gélida que se acababa de colar en el salón.
Una mujer rubia, delgada y  esbelta, entró, sentándose a tu lado, luego de darte un beso fugaz en la mejilla. Abrió un maletín de cuero marrón, colgó su cartera original, también de cuero, en la silla e inició una conversación  inaudita parte, por largo tiempo, por lo menos eso me pareció a mí, mientras tú le regalabas la más hermosa expresión de credulidad.
Se levantaron sin mediar pedido para ella. Tú la tomaste por la cintura, un poco desdibujada por el grueso sacón que el invierno imponía. Ya en la vereda humedecida, la besaste y a partir del beso que me encogió el corazón y nubló mi vista, volví la mirada al interior de mi lugar habitual. Restregándome las manos, mientras repasaba la máquina de café Express,  dejé encerrada en ella mi fantasía hasta el otro día.

2015


martes, 17 de febrero de 2015

VIENTOS DEL SUR.

En éso pensó de inmediato al estar en la fiesta de su exposición de pintura en un jardín de un palacio en Dubai. Viene un viento del sur. El eufemismo que usaba su abuela para decir que estaba por tirarse un pedo. Le habían explicado antes de su viaje que en ésta civilización que visitaba era de pésimo gusto tirarse uno, y que se consideraba admisible el salir corriendo para alejarse de los demás aunque se tratase de un mero sopladito. Y arrancó en fuga de la prevista flatulencia con tanta suerte que llegó hasta una fuente ruidosa que disfrazó el estruendo de los gases producidos por el vino y los manjares. No lograron escucharlo ni los peces que undulaban sus coloridas anatomías en juguetona natación.
Ya todo ventilado regresó al grupo de dignatarios con quienes conversaba y explicó su ausencia diciendo.
---Tuve que huir pues me atacó una abeja.---
Todos los del grupo aceptaron la explicación con una sonrisa.
Aunque en su fuero interno sabían que por ahí no habían abejas.

domingo, 15 de febrero de 2015

TRANQUILIDAD ES BUENA, PERO NO TANTO.

Ante mí dos formas de tranquilidad absoluta.
Tranquilísimo se veía el hombre de la metralleta, Con la serena actitud que tienen los que observan al limpiador de calzado sacando brillo.
Tranquilísimo el cadáver que yacía frente a él. Poseedor de la suprema quietud del rigor mortis.
Oculto tras el árbol decidí fugarme para evitar la misma suerte. Al no poder irme fué que caí en cuenta de que yo también estaba muerto.

domingo, 8 de febrero de 2015

LA HORA MÁS FLACA.

Ahí tirado en agonía, Dictinio de Trafalgar, hombre que luchó en cada instante anterior.
Vivió las instancias que hacen de un personaje una leyenda. Se desarrolló su vida inventándose a sí mismo en cada etapa.Ésta vez ni de una cama se podía levantar,las personas que le rodeaban se le presentaban más borrosas como las imágenes que aparecían en algunas de las películas que dirigió;como cuando en lenguaje cinematográfico quería expresar que alguien se dormía o perdía el sentido. Y en efecto, en sus estertóres agónicos quedaba dormido y a veces soñando pero regresaba a oir llorar a las mujeres y a su familia. Le avergonzaba encontrarse tan derrotado y eligió fallecer.
Al traspasar a la conciencia incorpórea quedó atrás la realidad de su cuarto para ceder al nuevo escenario de un salón del oeste pleno de luminosidad y donde todo se presentaba con fragilidad etérea.
Huesudas calaveras danzaban sobre sus esqueletos en cómico strip tease en el cual le lanzaban una docena de bragas y sostenes de fluorescentes colores como celebrando su llegada.
Desaparecida ya la densidad de la materia sólida, cada estructura se sostenía formada por ectoplasma tan frágil que pudiera estar hecho de luces. El piso, los muros y todo lo sólido parecía de cualidad transparente. Tomó la huesuda mano que le ofrecía la dama blanca y se incorporó viéndose como un esqueleto más de los ahí reunidos y bailó de todo lo que tocó la orquesta, hasta tango y mambo. Lo que le impresionaba  era la sensación de ligereza, no tanto por la lógica falta del peso de sus carnes sino la ausencia de nervios y de la consiguiente angustia existencial. Y es que aquí nadie añoraba el pasado y sabían que no tenían futuro.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.