jueves, 31 de marzo de 2011
LOS ESPECIALISTAS
miércoles, 30 de marzo de 2011
Si supieras
La muñeca de trapo
-Escóndeme detrás de la luna.
Cuando sintió el frío entre los hilos de su espalda y la oscuridad ocultó su rostro pidió el segundo:
-Levanta veinte muros alrededor de mi memoria y ocúltala en el océano más profundo.
Pero quiso asegurarse, así que rogó:
-Arráncame el corazón.
martes, 29 de marzo de 2011
EL INQUILINO
(Perdón se me pasó el día)
El abuelo vivía en un pueblecito de Santander. Cuando se vino a vivir con nosotros, se trajo su caracola. Decía que así podría escuchar el mar. A mi hijo pequeño le entusiasmó la idea. Estaban todo el día pasándose la caracola de oreja a oreja. Los dos aseguraban que eran capaces de distinguir una ola gigante del rizo de espuma entrando en la playa.
Yo estaba muy contenta por lo bien que se llevaban. Un día, el abuelo comenzó a quejarse de que no podía dormir por el ruido que hacía al masticar el inquilino del armario. Le aseguré que allí no vivía nadie, pero mi hijo le dio la razón y dijo que él también lo había oído. Le conté a mi marido lo que ocurría y él intentó convencerlo de que se trataba de una pesadilla, pero el abuelo siguió quejándose.
Abrí el armario unas cuantas veces para que se convenciera de su error. Él continuó con sus quejas. Una mañana, desesperada, volví a abrir el armario y moví la ropa para que viera el fondo pues se empeñó en que se ocultaba allí. Una nube de polillas abandonó el traje de Comunión de la niña. Lo saqué para comprobar, desolada, que los encajes y las cintas de princesa se habían convertido en unos pingajos llenos de agujeros.
lunes, 28 de marzo de 2011
Espantando palomas...
Kum*...
Movimientos
Flor león
domingo, 27 de marzo de 2011
CONTUNDENCIA.
Ésto es algo que plantea como sacar la máxima utilidad con el mínimo esfuerzo.
Dejó a un lado los novelones y comenzó a publicar libros en blanco como "Escríbalo usted mismo",
una guía para lograr ser un autor exitoso.
"Señorita" de Rolando Revagliatti
Sí que tuvo novios la señorita Calistri: cuantiosas simpatías. Pero, a menudo, cuando le atraía el fondo humanitario del candidato, no se sentía conmovida por lo físico o lo facial. Y, si llegado el caso, el pretendiente respondía a mis cánones de presencia varonil, aparecíanle desdibujadas las facetas espirituales. Enamoradísima de Juan Mateo Ovalle, resistía sus ímpetus pasionales, el vigor de sus instintos. La señorita Calistri valoriza sin énfasis: Nadie obtuvo lo que tantos ansiaban. Ella es hoy la fraseología con la que rememora: Yo no carecía de una límpida mirada; Mis atributos no pasaban inadvertidos; Papá vaticinó mi futuro; Me consagré a mis arraigadas convicciones; Destilé coraje en los tiempos duros, en la tiranía; Nunca estimé en Nené sus propensiones afectivas; Es que todo ha sido tan fugaz...
Algún día, próxima a expirar, quizá consigne: En aquella desfloración infausta de mil novecientos cincuenta y uno, otoño, creí morir: repugnante, bajo, indigno: única vez, última vez.
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"Confieso" de Rolando Revagliatti
En marzo evalué el veraneo de febrero. En junio, en el mismo junio, el crimen. En septiembre me torné sombrío. Y en pleno diciembre treinta y uno, intento recapacitar. En abril le di forma al plan que ejecuté en junio. En septiembre encontraron el cadáver. Que no me agredas, me desconcierta: ella no te era indiferente. Además, te amaba. No toleré que no se quedase conmigo quedándose a mi lado. Se reía. Todos sabían en el barrio. De mí, de mi inocuidad. Habrá un feliz año nuevo. Porque confieso: la estrangulé. Le pegué después de muerta, lo hice. La desnudé y le pegué. Se termina, viejo. Hoy, por fin, me siento equidistante, sincero.
sábado, 26 de marzo de 2011
Pachamama
Grumy se quedó mirando al infinito, boquiabierto y cariacontecido mientras escuchaba al viento susurrarle al oído: "Y átate esos cordones, que te vas a partir la crisma, ¡estólido!"
bicefalepena
Te doy mis ojos.
viernes, 25 de marzo de 2011
Bushido
Su vida entera estará sin culpa, y tendrá éxito en su llamado."
Nieva en Sendai
Florecen los cerezos
Sobre la aurora
Última historia
jueves, 24 de marzo de 2011
Personajes errantes
Pequeñas preguntas
miércoles, 23 de marzo de 2011
Semillas ilegales
Tras escuchar a su padre Nwankwo decidió comenzar una nueva vida. España fue el destino elegido, y un montón de sueños su único equipaje. Tras meses de dura travesía Nwankwo llegó a Madrid. Aunque buscó trabajo sin descanso pronto comprendió que aquí nadie regala nada. Sólo hace medio año que llegó y su equipaje ya es historia.
Hoy sigue plantando en el suelo pero sigue sin obtener los frutos anhelados: una manta y productos falsificados no son las semillas que conseguirán que aquí logre echar raíces.
En 99 palabras
La primera muerte de Ahmed Ali Shibab (homenaje en su segunda muerte)
Hugo Cueto
Arcoiris.
Los niños jugaban a atrapar la luz del arcoiris. Sucios de barro, ascendieron una nueva colina y tampoco lo hallaron. Kiwana se sentó sobre una roca y se preguntó: ¿por qué no se deja atrapar? El estallido de un trueno seguido por un destello de chispeantes hilos en el horizonte, rasgó el silencio y provocó que alzara la cabeza. Su hermano Kiwa, echó a correr colina abajo, desapareció tras un matorral. Una manada de antílopes inició una estampida. A su lado unos ojos amarillos la observaban. No se movió y lo entendió. El Dios león acababa de apresar el arcoiris...
Moderato_Dos_josef
Haciendo cuentas
Escuela |
Pativanesca
lunes, 21 de marzo de 2011
Vida
Inventas nuevas rutinas, colores, miradas, vidas.
Todo lo nuevo es bienvenido en un intento desesperado por no mirar lo que se acerca.
Cada mañana, abrir los ojos es una aventura, la promesa de un minuto, de una hora, tal vez de una noche más. Desde que te lo diagnosticaron te duele tu sangre contaminada, pero no por eso bajas el rostro, el amanecer está para admirarlo con la frente en alto. Y la vida para recorrerla con el corazón bombeando fuerte.
¡Y pensar que antes de saber el resultado de ese análisis, para vos, la vida no era otra cosa que transitar sin novedades!
domingo, 20 de marzo de 2011
La misma cena romántica
Efluvios incontrolados.
Al acabar la copa de vino empezó a ver las cosas de distinta manera, la lengua se le enredaba al hablar y le sobraba hasta el abrigo .
- "Parece que no sabes comportarte en ningún sitio... no me hagas esto... Carla, Carla... ¿no me oyes?".
Claro que lo oía, estaba cansada de oírle pero qué mejor que una celebración para emborracharse, dejarse llevar por los efluvios del alcohol y olvidarse de un perfectísimo marido que ya en la comida le había llamado la atención por beber demasiado.
Cuando la mujer del hijo del difunto, bebió el vino y devolvió el cáliz al atónito cura, no se le ocurrió otra cosa más que cogerle el micrófono y...
- "Laureano, suegro... esta va por ti"- y ponerse a cantar "Adiós con el corazón".
sábado, 19 de marzo de 2011
Galaxias
Sobresalto
Sobrepeso...
Margarita se había vuelto negligente con su higiene personal. En poco tiempo fue engordando, acumulando kilos y kilos… La relación con sus vecinos era ya nula por su marcado comportamiento asocial.
Towanda
(extracto para el Microrrelatista).
viernes, 18 de marzo de 2011
Crash
Cuéntame un cuento
Puck
jueves, 17 de marzo de 2011
ENAMORARSE
miércoles, 16 de marzo de 2011
Las horas
Después de tres delirios y cuatro páginas decidí poner fin a mi locura y salí al jardín a buscar la solución.
La lluvia se derramó sobre mi cara sin compasión, el frío me atravesó sin piedad y la luna ni se asomó.
Al cabo de unos segundos, ya no quedaba ni rastro de ti.
martes, 15 de marzo de 2011
Metaterrestres
EN UN CALLEJÓN OSCURO
Clapclapclapclapclapclap....
Que hable ahora...
-Estamos aquí reunidos para unir en matrimonio a Armando y Lucía -dijo el cura-. Si alguien se opone que hable ahora o que calle para siempre -prosiguió.
En la última fila, agazapado y con la mirada fija de los familiares sobre su boca, el narrador levantó la mano.
Tiempo
lunes, 14 de marzo de 2011
Carnaval
Mi otro yo
domingo, 13 de marzo de 2011
Insomne
De adicciones...
Y siguió vagando por su mundo feliz mientras acariciaba la papelina que se reservaba para cuando acabase el programa de desintoxicación.
sábado, 12 de marzo de 2011
SESIÓN DOBLE
GIRASOL
Discos rayados
viernes, 11 de marzo de 2011
Lágrimas
“Amortajadme con el uniforme de la Flota Colonial y arrojad mi cuerpo al espacio. No quiero que lloréis mi muerte, sino que recordéis mi vida. Perseverad en el esfuerzo compartido y así nuestra especie prevalecerá; más allá de los individuos, más allá del olvido”. Fueron sus palabras antes del fatal desenlace. El comandante de la estrella de combate estalló el primero en lágrimas de rabia por la pérdida del mejor de sus pilotos. El dolor y la impotencia se extendió después hasta el último rincón de la nave.
(Un fundido en negro oscurece la escena. Le sigue un plano de conjunto bien iluminado.)
El tratamiento al que había sido sometido estaba dando resultado. La esposa y las hijas no pueden contener las lágrimas de alegría al percibir en las pupilas una movilidad olvidada. Mientras la mañana se instala en la sala, los párpados del enfermo se alzan lentamente, como si un telón se levantase para dar continuidad a la representación. La sorpresa y la incredulidad se alternan en el brillo de sus ojos.
jueves, 10 de marzo de 2011
De uno en uno
Noúmeno
miércoles, 9 de marzo de 2011
Viajera en el tiempo
El inquisidor fiscal del Santo Oficio dio por terminado el interrogatorio y aseguró que aquellas tres letras escondían una invocación diabólica: Lucifer-Satán-Demonio.
El veredicto fue tajante, Luzdivina tenía alteradas sus facultades mentales, lo que se manifestaba en delirios, alucinaciones, trastornos del ánimo, insomnio e irritabilidad.
Fue acusada formalmente de brujería.
El Aislamiento
A Francisco y Clara.
A tantos que abandonaron su tierra,
Tenía seis años entonces, lo recuerdo. Mi padre me llamaba Paquito y yo odiaba que lo hiciera. Paquito esto, me decía, Paquito, lo otro. Y lo miraba con rabia y le gritaba: me llamo François. Mis compañeros se burlaban y me decían: "Español Paquito". Y aquel día, tenía seis años, lo recuerdo, en un arranque de rabia me lancé contra él como loco. Le di patadas y puñetazos: "François, llámame François". Él permaneció quieto, mi madre nos separó. Yo salí corriendo a mi habitación, el caminó cansado a la suya. Mi madre quedó en la sala, tierra de nadie.
Tenía veinte años entonces, lo recuerdo. Mi padre me llamaba Francisco y a mí no me gustaba. ¡Qué poco le hubiera costado llamarme François, o al menos Fransuá! Mi padre era un intelectual, un albañil que me pedía que le tradujese a Sartre, Camus, Levi Strauss, Merleau Ponty. Mi padre fue alumno y compañero de Unamuno. Qué te hubiera costado, le grité un día, aprender francés. Tenía veinte años y él salió de nuevo camino de su habitación. El mismo andar cansado. Mi madre y yo nos quedamos en la sala, tierra conquistada.
Tenía treinta y cinco años entonces, lo recuerdo. Mi padre me llamaba Paco y a mí no me importaba. Me daba igual entonces la forma en la que los demás me llamasen, porque ya sabía quién era. En la consulta del médico le eché en cara que si hubiera aprendido francés yo no tendría por qué acompañarle. Tenía treinta y cinco años, lo recuerdo, e hice a mi padre llorar.
Tenía sesenta años ayer, lo recuerdo. Mi padre no me llamaba de ninguna manera. Permanecía sentado y miraba al lugar donde me encontraba pero su mirada me atravesaba como si no estuviera allí. Yo me preguntaba qué verían realmente sus ojos, qué pasaba por su cabeza. Le hablaba de tonterías, de recuerdos de cuando era niño, de cuando vivía mamá, pero dudo que él me escuchara. Las tardes en que iba a visitarle las pasábamos así. Ayer, cuando salía de su habitación mi padre me llamó de nuevo Paquito.
Paquito, me dijo, y yo me sobresalté.
Paquito, me dijo, nunca aprendí francés porque siempre pensaba que mañana volveríamos a España.
Tenía sesenta años, recuerdo, y un nudo en la garganta.
Hugo Cueto
Fantasía japonesa
The upper class (Kitagawa Utamaro) |
De la unión de Amaterasu, diosa del sol, y del rey Yamatumi nació un varón al que pusieron por nombre Kijuro. Deseosa de que su hijo alcanzara la inmortalidad, Amaterasu tenía decidido desposarlo con una diosa; pero Kijuro, antes de cumplir quince años, se enamoró de una damita de la corte llamada Isako, a la que, temeroso de despertar los recelos de su madre, regaló un pai pai redondo, de seda blanca y mango de marfil, indicándole que lo utilizase durante el día para esconder su rostro y así pasar desapercibida.
Pativanesca
Mendigos
Al verles comprende que sus caras de angustia y necesidad hoy se diferencian muy poco de la suya. Mientras ellos piden ayuda a gritos, ella continúa suplicando, en voz baja, y mirando compulsivamente su reloj.
Horas después, al caer la noche, el manco y el yonqui deciden marcharse. Es entonces cuando ella, con lágrimas en los ojos, comprende que él también se fue.
En 99 palabras
Épocas de Cambio.
Llevaba años en mi escritorio redactando el manuscrito. Discerní que las guerras cesarían; que habría un lenguaje universal; que los países se comprometerían mediante tratados; que las mega ciudades se desmantelarían; que las religiones perderían credibilidad; que la gente comprendería que o vivía en armonía o se destruirían.
Me preocupé al tratar de abrir la puerta. Estaba candada. Me arrimé al ventanuco, me aferré a sus barrotes y grité con la esperanza de que María me oyera. Para mi sorpresa, no vino ella, sino unos individuos uniformados. Alarmado les pregunté si había algún problema. Se rieron y mofándose de mí, me dijeron:
— ¿Aún no lo sabes, Profeta...?
Uno, hurgándose en su gabardina, me entregó un objeto. Era un libro; se titulaba: ¡Épocas de Cambio!
De repente lo comprendí. Yo escribía en el Word conectado a Internet y alguien, un Hacker, había descubierto mi obra encontrándola tan “subversiva” como para expandirla sin mi consentimiento por la red. Deduje, aquello debía de hacerse. Claro que a la vez fui consecuente. Todo cambio implica una insurrección que como una marea se lleva por delante a líderes e idealistas; y estaba en la cresta de la ola.
Volví a sentarme ante el ordenador y allí estaban; los Hackers de doce naciones felicitándome y disculpándose por haber defraudado mi obra.
Les di las gracias por su trabajo, les participé que se esperaban tiempos difíciles, y les pedí sus correos.
De nuevo volví a presentir algo, y sin saber exactamente el porqué, me sentí aliviado de responsabilidad.
La sentencia ya estaba dictada. A la mañana siguiente yo: “Jesús Redentor” sería ejecutado sin indulgencia en la “Plaza de la Cruz...”
Moderato_Dos_josef.
lunes, 7 de marzo de 2011
Carta de despedida
Virtual
Me pasó un mate de amigos, el lunes, por el chat.
Jugamos un par de veces al pictionary en una página conocida el viernes, y a la semana siguiente tuvimos sexo cibernético… ¡el mejor que he tenido en mucho tiempo!
Cuando me acosté junto a mi marido, lo sentí roncar con fuerza y su cuerpo transpirado junto al mío, comenzó a molestarme.
Esa noche dormí en la otra pieza, con la portátil prendida, esperando a que él se conectara. Siento que el corazón me late en RGB y 98 DPI cuando lo siento conectarse.
domingo, 6 de marzo de 2011
El columpio.
Y cada noche al balancearse le mandaba mil besos, le hablaba de todo y sentía su ausencia, y su parpadeo le parecían pequeños guiños a los que le contestaba un... "y yo también a ti".
El matemático
sábado, 5 de marzo de 2011
"Retazo"
Nació por vía de cesárea Cristina, único descendiente que tuvieron sus padres. El nombre lo improvisaron de apuro, por así decir; lo extrajeron de una criteriosa galera, tras evaluar la armonía fonética junto al apellido. Aguardaban a Juan Ramón Ernesto e irrumpió Cristina. El desencanto se fue desplegando corrosivo en sus ánimos.
La niña, alumna aplicada, fantasiosa y fácilmente ridiculizable, encorvaba la espalda, fruncía los labios cuando se concentraba, bizqueaba a veces y, adolescente ya, padecía ataques de picazón, o lloraba.
En procura de reducir fatigosa gimnasia (contar paradas de colectivos, o perros, o automóviles con tales o cuales características), ritos incoercibles (sentarse durante unos instantes en determinado sillón, antes de tomar la merienda), sueños repetitivos (su madre obstinándose en ofrecerle muestras de comprensión y cariño), concurrió a un curso de control mental que promocionaban por radio. En esas estaba, cuando ella y el licenciado que dictaba el curso se enamoraron. Sin tropiezos accedieron al altar; y ahora, él la embarazó y la tiene ilusionada con que por fin nacerá Juan Ramón Ernesto, una generación después. Retazo de vida.
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"Nunca soñé"
Nunca soñé con tres ojos que me escrutaran desde un pescuezo de jirafa. Que me escrutaran no sin dejar de entornarse alguno, alternativamente. Tres ojos y no tres pares de ojos de diferentes tonalidades. Tres ojos oscuros idénticos. Y que se posaran sobre mí sin benevolencia ni animosidad. Desde un pescuezo inconfundible, irreprochable. Desde una jirafa de la que pudieran pender arañas plateadas, moribundas, o exhaustas. Pendiendo como sólo penden lo esencial y lo sutil. Lo sutil exhausto, lo esencial moribundo. No estaríamos ellas y yo en un zoológico o en un ambiente no trastornado por el hombre. Pero yo no distinguiría el sitio, y hasta ese momento sería únicamente mis cuatro pintorescas narices, olfateando en vano, desasidas de cabeza reconocible. Yo consistiría, hasta entonces, en una pura memoria guiñolesca, afanándose por recuperarme. Sería, claro, una sustancia en su propia procura.
Nunca soñé con algo rubio gelatinoso aposentado sobre un punto cardinal. Ni me soñé punto cardinal sobre el que se aposentara determinada o indeterminada gelatinosa rubiedad.
Nunca soñé con escaleras derritiéndose sobre un valle de incienso. Dos mil ochocientos peldaños, sumando las sesenta y seis escaleras de fibra. Incienso que cubre todo el valle al que pertenezco desde mi primer sueño anotado en un cuaderno infantil. No estaría allí como ninguna de mis presencias mensurables. Y sin embargo, me brindaría a derretirme.
Nunca soñé con hexágonos de piel humana impidiéndome apoderarme de la gracia. Es poco no haber soñado nunca con la gracia apoderada impidiéndome la humana piel de los hexágonos.
Nunca soñé con el antojadizo poder de cristalizar, seccionar y envasar un crepúsculo. Y darlo a consumir sin reparos. Antojo de consumición.
Nunca soñé con un espejismo, ni cóncavo ni convexo. Espejismo con el que hubiera podido restituírseme la gobernabilidad de mis sueños.
Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)
1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.
2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.
3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.
4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.
5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.
6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.
7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.
8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.
9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.
10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.
Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.