Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

lunes, 15 de septiembre de 2014

Sueño y despertar literario

La vida es un sueño de Calderón de la Barca. 
El despertar es un dinosaurio de Augusto Monterroso.

viernes, 5 de septiembre de 2014

LA VIDA.

Una existencia que no es fácil de explicar,
pero tampoco tan difícil.
Enfrenta cada quien un manicomio abierto,
dentro de una sociedad repercutida de caos históricos,
en los que no tuviste nada que ver, pero cargas con ellos.


Y por pensantes no dejamos de ser la bestia magnífica,
 la conciente de que su futuro es morir,
y aún así busca la felicidad, sin garantía de obtenerla.


Y te ves presionado a inventar soluciones al verte mirando al abismo,
del magma de vida, donde todo se genera de la nada cuando hay voluntad,
espejo reverso de la muerte, donde todo se lo traga la tierra para alimentar plantas,
que alimenten vacas, que alimenten personas y las tornen arterioescleróticas,
pero la vida es así, aprende que tiene muchas caretas y si no te las pones no juegas.
Si no juegas pierdes, si pierdes te pisan las hordas triunfantes, o el banquero, o quien menos esperas, te suprime. El juego de la vida es a muerte. No te confundas cuando vas ganando.
La historia contiene un directorio de gente que llegó más lejos que tú y se desplomaron a caer en la amargura. Saludos a Napoleón, al Sha de Iran, a Elvis, a Nixon, a Kennedy,a Ghandi y a miles que jamás soñaron futuros ajenos a sus cálculos. Y pagaron el pato, no todos merecidamente.
Pero el pato siempre debe pagarse.
Si no lo crees pregúntale a los dinosaurios. Aunque dicen que fué un aerolito y un diluvio quien los extinguió. Dicen. Dicen tantas cosas. Siniestro consomé de la existencia. Será por éso que las vacas mujen un lamento avisando que lloverá.
Me parece ver una luz que revela el inconciente avanzar de todo.
Esperemos que ya no interrumpan nuestro experimento.





Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.