El grupo armado había capturado a cinco prisioneros,y ahora debía llevar solo a uno al campamento base para ser interrogado.
Como no había espacio en la balsa para todos,cuatro de ellos deberían ser fusilados ahí mismo.
El comandante decidió que viviría el que demostrase más capacidad de expresarse;para lo cual les dió a cada uno papel y lápiz y les pidió que crearan algo por escrito,pues de lo que ahí leyera él,dependían sus vidas.El tema era libre.El tiempo permitido eran diez minutos.
Y ahí,sometidos cada uno boca abajo , encadenados de los pies a un árbol y con sus captores encañonándolos con armas de alto poder; cada uno sacó de su interior su mejor inspiración que pudiése alargarle la vida.
Al tiempo estipulado,le pasaron los textos al comandante para que pudiese tomar la decisión.
Una vez que los leyó,ordenó que pusieran en la balsa a un joven de aspecto campesino,y los demás fueron ejecutados sin más miramientos.
Al zarpar para cruzar el río,el comandante aún traía en la mano el escrito del elegido a permanecer con vida.
Al rato de navegar,el segundo en mando le pidió que le permitiése leer el papel.
Quedó mirando al comandante con un gesto que era más bien una pregunta.
En el texto había leído la siguiente frase: "A mi me gusta el helado de vainilla."
El comandante dió respuesta a la mirada interrogante de su compañero diciéndole: ---A mí también me gusta el helado de vainilla.---
Carlos de la Parra
7 comentarios:
A mi me encanta el helado de vainilla!
Qué fuerte... me hubiera gustado leer los demás papeles, pero el relato es increíble.
Un abrazo Carlos
Gracias Anita,siento que éste tipo de suceso no está tan alejado de una posible realidad,me tuve que reprimir para hacerlo breve pues se prestaba a muchas imágenes descriptivas,pero el criterio de nuestros tiempos dice que hay que cederle ése espacio al lector,y quizás sea cierto,así le das la oportunidad a cada quien de percibirlo como gusten.
Es triste, sí, lo real que puede resultar este relato, mi duda es si los demás se expresaron mejor o no, como si se pudiera juzgar a cinco personas con una pistola en la cabeza...
Tengo una viñeta de Quino del lunes, con un hombre cabizbajo diciendo "A mi lo que me asusta es cómo nos estamos pareciendo a lo que no queríamos" y razón no le falta, verdad?
Un abrazo de paz!
La pistola en la cabeza nos la pone el sistema porque les dejamos a ellos la tarea de corrección de la paz y el orden.Si todos nos encargamos de ésto,será diferente.
Sobre todo inculcar que es deleznable lo que hacen quienes venden a sus compañeros de trabajo por 5 chelines,ésto es lo que yo mismo ví ocurrir cuando trabajé en ámbitos de esclavitud laboral.
Hay tanta conciencia por educar,y alguien tiene que hacerlo.Todos.
Tu relato tiene muchas lecturas y eso ya lo hace bueno carlos. También de calidad los comentarios.
Felicidades.
Microrrelatos educativos???
Creo que tu Carlos, lo tienes de serie... me gusta!
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