Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

viernes, 5 de noviembre de 2010

LA MUERTE DE UN ÁNGEL

Uno de los momentos que más me gustaban en THE jAZZ´S CAVERN era cuando aparecía ella.

Siempre algún nuevo cliente quería ligársela. Muchos de los parroquianos habituales, esperábamos con ansia cómo sería la siguiente razón para librarse de él.

Ahí llegó el cazador que se convertiría en presa. Taylor Morgan un empresario borracho con solo dos copas.

-Angel, ponme otra copa más-No se tenía en pie. Le costó llegar a la barra y más aún colocar el vaso cerca de ella.

-Sr. Taylor creo que ya ha bebido lo suficiente.

Los demás empezábamos a contener las risas.

-Sabes que tienes una sonrisa muy bonita, hip.

Angel Moore, se ruborizó y se colocó un mechón de cabello por detrás de la oreja (tiró del sedal para ver si con sólo eso podría librarse de él) No resultó.

-Hip, siempre me han gustado las...-eruptó-...mujeres, hip, con gran delantera.-E intentó acercarse a ella.

Eso no le gustó nada y de la mirada cohibida pasó a convertirse en diablesa.

-Sr. Morgan-le advirtió con un tono más categórico.-No me gusta que haga eso.

-Venga mujer, sabes, hip, como me estas dejando... delante de mis amigos-Fue a dar la vuelta a la barra pero trastabilló y cayó. Angel salió de detrás de la barra para ayudarle a levantarse. Los demás borrachos rieron como locos.

Taylor, con ayuda de Angel consiguió levantarse y en su particular "locura" la tocó demasiado por donde no debía.

-Señor Morgan se lo digo por segunda vez, no me gusta que me traten de esta forma.

-¿Y qué es lo que vas a hacer?-preguntó Taylor, mientras esta vez se sobre pasó más y le levantó la pequeña falda y le dio un cachetazo en un nalga.

La cara de Moore estaba contraída de ira, cuando notó el golpe sus boca se contrajo en un grito apagado y su sonrisa dejó pasó a una expresión de dolor y yo sabía que de placer. Mucha gente que les miraba, soltaron un suspiro sabiendo lo que a continuación venía. Otros borrachos se escondían y otros solo podían seguir bebiendo y riendo estúpidamente.

-Jodida zorrita-dijo Morgan con una sonrisa alcoholizada, fue lo que hizo a Angel estallar.

Cogió una botella casi vacía de la barra y se la estampó a Taylor en la cabeza, al igual que el péndulo de un reloj el cuerpo de Taylor cayó al suelo con la cabeza dolorida y algún corte, entre un mar de brillos de oro y diamantinos reflejos.

La música se paró.

-¡¡Dios no!!!-Se escuchó desde el fondo, un orondo calvo con un bigote corto se llevó las manos a la cabeza.

-Lo siento, Louie. Pero pueden patearme, tocarme, escupirme e incluso tolero casi el que me digan baby. Pero el que me digan zorra...

-¡¡Oh, Angel, oh Angel!!-Louie movió las manos en el aire intentando calmarla y calmarse el también.-¿Por qué no haces honor a tu nombre y te vuelves buena?

-Si alguna vez tuve alas las perdí hace mucho tiempo-sentenció ella, se colocó la falda de nuevo y miró a los presentes me miró a mí, sabía que algo ocultaba en esa frase...

Pero eso lo sabría más tarde cuando nuestros cuerpos estuvieran entrelazados en un sucio motel y ella me apuntara con un revólver.

Por William Ernest Fleming

http://desdeelabismodemimente.freehostia.com/



4 comentarios:

Íngrid dijo...

me gusta la historia !

mm...espero que lo de apuntar con el revólver no fuera por un reproche... :)

Unknown dijo...

Me deja dudando si será posible cumplir ciertas exigencias estando encañonado.

Unknown dijo...

jajajaj Carlos, eso pensaba yo.
Entretenido relato.
Biquiños William

William dijo...

Gracias ^^ Quiero ver en el rincon de mi mente de donde salio si hay alguna continuacion, si sabremos por que le encañono...

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.