Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

sábado, 27 de noviembre de 2010

EL MALETÍN

Recorría todos los días las mismas calles. Mirando dentro de los cubos de basura. Revolviendo entre lo que otra gente tira. Útiles o inútiles, según quien mire. Viejas, nuevas estropeadas o simplemente que se habían cansado de ellas. Me imaginé que a esa tercera categoría pertenecía aquel maletín. No cabía otra explicación. Su cerradura no supuso un gran problema para mí. No podía creer lo que estaba viendo. Allí estaba todo lo que deseaba. Una buena cerveza, comida a raudales, dinero de alguna república bananera y un cochazo. Todo brillando dentro de un maletín. Más bien plano. Más bien cuadrado. No tenía forma de lámpara maravillosa. Ni se asemejaba al cofre de un mago. Estiré mis manos hacia la cerveza. La muy cabrona, pareció alejarse de mí. Rebrinqué, como un gato que pasara por la calle. El maletín se cerró solo. Allí acababa mi sueño. El que nace pobre, difícil tiene cambiarlo. Sigo tan pordiosero como antes. Yo diría que con algún lamparón más. Mi melena y mi barba no conocieron jamás peine. Ahora, tan sólo hay una cosa distinta. Bueno, yo diría que dos: en mi mano, una caja de limpiabotas; dentro del maletín apenas hay luz.


6 comentarios:

Unknown dijo...

Este limpiabotas está más salado que el que me vende los billetes de lotería. Bien apodado Salazar.

Unknown dijo...

Las riquezas que soñamos siempre se nos escabullen ...para nuestro bien.

Un abrazo Adivín

Anita Dinamita dijo...

Adivín, por más que lo leo no termino de entenderlo. Es sugerente pero no sé qué me sugiere exactamente...
Abrazos

artistalight dijo...

Para mí, encontró un maletín vacío, que su imaginación podía llenar de todo lo que deseaba...Pero la triste realidad, es que era un maletín vacio :(

Chula dijo...

Dificilmente se puede hallar luz entre despojos.
Adivin, me ha gustado mucho.

Unknown dijo...

Debemos de tener todos un maletín así y nos será más fácil vivir.
Bonito relato.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.