Llegaba el gran día para Manolo. Tenía que dar el discurso más exigente que jamás le había tocado expresar como presentador, debido a lo numeroso de su público, y agregada la presencia de dignatarios de altas jerarquías de todas las naciones del mundo. Alineados en sus puestos los intérpretes de un centenar de idiomas quienes pasarían a los escuchas la traducción simultánea para la transmisión mundial a miles de estaciones diseminadas por todo el orbe.
En su ensayo todo salió a la perfección . Su nítida y grave voz timbraba colocando la claridad en cada inflexión, ésta maestría vocal le llevaba en curva ascendiente que le trajo a ésta gran oportunidad internacional.
Partió de Sevilla afinado como violín de lujo, pero al entrar en clima frío en Nueva York, desde llegar al aeropuerto sintió el maldito tirón en la garganta. Que inoportuno, pensó ,como si una bruja malvada le oprimiése la glotis con su huesuda mano congelada.
Pues nada, a llegar al hotel y hacer gárgaras de sal para no poner el puesto en riesgo.
Al día siguiente en camino al evento se sintió mejoradito y se cubrió con una bufanda y evitó hablar todo el trayecto a las Naciones Unidas para conservar la voz; pero como prevención llevó en el traje nuevo un salero lleno para cubrir la posible garraspera.
Y llegando a su puesto convocó a todos sus sentidos con unas respiraciones previas y presenció como llegaban a sus lugares gente de todo el planeta, una auténtica babel de razas, uniformes, trajes ,túnicas, vestuarios tribales para ceremonia, impresionante variedad del cuadro que veía desde su posición de presentador para éste gran enlace mundial. Por un instante tuvo la fantasía de presidir la tierra entera.
En sus audífonos le indicaron que hiciése una prueba, y expresó el típico "probando audio, uno,dos,tres, cuatro...testing audio one,two,three, four, y recibió la señal de aprobación del gerente de piso. También oyó que éste le decía : " Manolo cuando baje la mano inicias tu discurso."
Y de nuevo la garra de la bruja se dejó sentir en su garganta, se le pegaba como si tuviése fuerte adhesivo tapándole la voz , pero nada de dejarse vencer por ésto y se dejó caer en la laringe un puñado de sal y medio le desatoró, y otro más y mejoró, hasta le daba un timbrecillo interesante. Pues para no fallar se dió un roción más de sal en grano y que vé la señal de inicio y tomó aire y dijo : "Ggggccc ajj aajjj chasjj" .
Y viendo las cosas así, mejor fingió un desmayo.
Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.
¡Gracias Daniel!
martes, 21 de septiembre de 2010
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Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)
1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.
2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.
3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.
4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.
5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.
6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.
7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.
8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.
9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.
10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.
Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.
4 comentarios:
Mala fortuna para Manolo, el de la bella voz. La ilusión de presidir la tierra no es para cualquiera...
Lo que iba a decir no parecía tan interesante como su bella voz...
Bien, mejor desmayado para ser noticia.
La bruja le aflojó los pantalones.
De todas formas, mejor en silencio, así disimulas mejor tus defectos y debilidades.
Que frágiles somos, dependemos tanto de minuciosidades. Un abrazo, Carlos.
De acuerdo con todos ustedes muy apreciados colegas, existen campos de acción muy volátiles como el nuestro, y quizás por eso nos atraen. POR SU FANTASÍA.
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