Esa mañana Andrew leía la columna de opinión donde hablaban de él. Sobre la pequeña mesa descansaba un plato de judías sin tocar y unos trozos de mandarina aplastados, llevaba tiempo sin dormir ni comer bien. En alguna parte, por encima de los tejados, tañían las campanas anunciando que el vencimiento del plazo andaba cerca. Emitió un suspiro de resignación. Había llevado a cabo su último deseo contando al mundo la verdad de cómo sucedieron los hechos y argumentando sobre los casos de Charles Munsey, Earl Washington y otros trece inocentes más. Tras la publicación en prensa de su artículo, la movilización social y mediática estaba siendo espectacular. Una hora más y ya sería tarde. En ese instante, su abogado entró en la celda exhibiendo una gran sonrisa y una hoja de papel en su mano derecha, ambos habían logrado la conmutación de su pena de muerte.
Relato presentado al concurso de Microrrelatos sobre abogados utilizando las palabras: columna, mandarina, campana, vencimiento y pena.
6 comentarios:
Buen relato en este concurso tan difícil de cuadrar bien las palabras.
Besos de fin de año.
Me ha gustado mucho y sentí genuina alegría cuando lo lograron, un buen final para estos tiempos de fiestas y celebraciones, celebremos la vida!
en verdad combinaste bien las palabras
un saludo,
Cuadraron muy bien las palabras, pero pareció que faltaba un final o,
¿Es que amanecí amputado cerebral?
Buenísimo decorado el que creaste con esas cinco palabras.
Un abrazo.
Lola: qué te voy a contar a ti que eres experta en este concurso ;) Un beso
Artistalight: cierto, me dejé llevar por el espíritu de la Navidad, seguro que en cualquier otra época, el final, hubiera sido diferente. Abrazos.
Javier Domingo: al menos que no suenen forzadas, luego ya, el fondo de la historia, es otro cantar. Gracias por pasarte, Javier.
Carlos de la Parra: ¿qué mejor final quieres que la commutación de la pena máxima? y yo creo que saldrá liberado del todo, a fin de cuentas...fue un error judicial ;)
Towanda: pues la verdad es que no me resultó fácil, principalmente porque no me resultaban nada inspiradoras esas palabras. Gracias por venir. Un abrazo.
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