Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

jueves, 9 de diciembre de 2010

Equilibrio en el parque.

En el estanque, un nenúfar flota, indiferente a la rana que a punto está de saltar encima de él. A su vez, el pequeño batracio, sólo presta atención a la libélula posada dos hojas más allá. Y creo que en el parque, soy yo el único que se percata de la situación mientras los toboganes se pulen, las ruedas de los carricoches chirrían y las gotas de sudor resbalan por las pequeñas frentes infantiles.

Torcuato González Toval

17 comentarios:

su dijo...

Precioso...has conseguido que yo también vea tu hermosa libélula, tu rana, los niños...
Un abrazo desde esta otra parte del parque.

Doctor Krapp dijo...

Ten cuidado Torcuato un niño que come indiferente su bocadillo está a punto de caerse del columpio y echársete encima.

Maite dijo...

Has creado un oasis de paz en medio de todo ese bullicio, procuraré crear burbujas como esa en este mundo de realidades. Un abrazo y gracias por el consejo ;-)

Unknown dijo...

Bella imagen has atrapado Torcuato. ¿Y qué hago aquí, por cuál motivo no estoy con vos disfrutando esa maravilla?

Un abrazo

puri.menaya dijo...

¿No hay ningún niño que quiera cazar la rana? Has reflejado muy bien las dos caras del parque, la paz de los jardines y la torbellina vida de los niños jugando...

Anita Dinamita dijo...

Me gusta mucho la mirada del observador en mitad del bullicio.
Un abrazo

artistalight dijo...

Si hubiera 1000 niños en ese parque, hubiera 1000 historias sobre áquel día, la tuya me gustó especialmente Torcuato :) Un beso.

Javier Domingo dijo...

sencillamente genial, debemos fijarnos mas en esos pequeños detalles

Unknown dijo...

Observando la vida vamos llenando nuestro archivo de memoria de un cúmulo de microcosmos, algo útil para científicos y artistas.
Un abrazo.

Kum* dijo...

Así es la cosa. Ellos son. Nosotros lo complicamos todo.

Genial, Tor.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Bonito equilibrio entre las palabras y los sentimientos

David Moreno dijo...

Has descrito la imagen a la perfección.

Un saludo indio

Claudia Sánchez dijo...

Muy bien Tor! Muy Brasca. Las vidas suspendidas en el instante en que dependen unas de otras.
Y luego entra González Toval, disparando toboganes pulidos, carricoches chirriantes y frentes infantiles. Para restablecer el equilibrio vital.
Me encantó!
Besos,

Puck dijo...

Perfecto. No sabía que me habías visto jeje. Me ha encantado.
Saludillos croak, croak

Torcuato dijo...

¡Qué gustazo de comentarios!
Gracias mil, amigos/as.

Elena Casero dijo...

El oasis de paz, como el batracio que sólo presta atención a la libélula. Se siente esa paz, Torcuato.

Un abrazo

Unknown dijo...

Que lindo meniño.
Bonita imagen de quien es observador.
Casi me reconozco jajaaa.
Bicosssssss

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.