Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

sábado, 4 de diciembre de 2010

Metamorfosisland

Al posar esos enormes pies en el suelo Miguel Ratón notó que se había convertido en un dibujo, y además animado. Aunque nadie pareció darse cuenta. Lo único raro eran esas risas que le hacían sombra. No tenía muy claro aún si por sus enormes orejas o por su raro acento.
Los niños pueden llegar a ser muy crueles, solamente es cuestión de tiempo.


bicefalepena

8 comentarios:

Unknown dijo...

Me has dado miedo Bicefalepena, tengo orejas grandes y la verdad es que no siempre estoy demasiado segura del suelo que piso.
Y si los hay crueles de niños imaginate cuando crecen...

Buen micro, como ya me tenés acostumbrada.
Un beso grande grandísimo.

Anónimo dijo...

esto esta muy buena
me gusto tu blog

Torcuato dijo...

Me ha gustado mucho, Bicefa.
Un abrazo.

artistalight dijo...

Lo que sufrimos los orejones nadie lo sabe :) Te comprendo Miguel, deberíamos hacer una asociación :)
Como siempre...me encanta lo que escribes.

Maite dijo...

Estupendo, bice. Un abrazo

Unknown dijo...

La observación de los niños crueles, un tanto desvía la realidad en cuanto
a que más bien son seres sin desarrollo de conciencia al modelo al que fuimos sometidos, quizás finalmente el gran egoísta tenga la razón y se la suprimimos de oficio, y quizás exactamente lo contrario.
La vida es tan corta que solo unos cuantos privilegiados llegan a comprenderla.

HÉCTOR LUIS RIVERO LÓPEZ dijo...

Me gusta, Bice. Un abrazo.

Unknown dijo...

Me gusta tu originalidad. Genial.
Bicos.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.