Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

domingo, 26 de diciembre de 2010

Críos

Era perfecta para nosotros.
Tenía tres hernias lumbares y la columna torcida como la torre de la iglesia. Sostenía la cabeza a duras penas, danto tumbos sobre el cuello como la campana al dar las horas. Parecía hacer incluso “tolón-tolón” al caminar.
La echamos de menos.
Extrañamos esos andares rotos y esas manos retorcidas hacia dentro, como intentando agarrar sus propios hombros mediante un abrazo raro, curvo y siniestro.
Nos gustaba lanzarle fruta mientras la insultábamos.
Ciruelas, mandarinas y algún que otro melón pasado eran balas perfectas. En verano la plaza se convertía en un campo de tiro con ella como diana.
Ahora que ya no está necesitamos un sustituto y es difícil encontrar a alguien que reciba los golpes sin rechistar. En una semana tendrá lugar el vencimiento del plazo y si no aparece otro igual habrá que solucionarlo. Es obvio que si no existe estaremos obligados a fabricarlo.

6 comentarios:

Towanda dijo...

¡Cosas de críos! con esa frase justificamos cualquier cosa que hagan los niños... No sé hacia quien se dirigiría el "ataque" pero no se comportaron muy bien. ¿Dónde estaba su espíritu navideño?.

Un saludo Alberto

escarcha dijo...

tremendo!!!
muy buen micro
Saludos

Luisa Hurtado González dijo...

Sí, lo había leído ya. Es terrible por lo duro, no porque esté mal contado. Al contrario, si estuviese mal contado, no lograría hacernos sentir nada.
Pero... ¿hay algo peor que la crueldad de un grupo de niños? ¿la crueldad de un grupo de adultos?
Puf, voy a pensar en otra cosa.

Citopensis dijo...

Un saludo y gracias a todos por los comentarios.

Puck dijo...

Coincido. Con eso de ser "cosas de críos" a veces se justifican demasiadas cosas ainsss
Saludillos

R.A. dijo...

Como si lo viera no te lo habrán elegido por políticamente incorrecto como si negar la existencia de ciertas cosas las hiciera menos ciertas.

Es muy bueno,duro sí pero muy bien contando y remueve.

Un saludo

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.