
-"¡CORREEEEER!"-gritó uno de ellos y los nueve niños de cuatro años invitados al cumpleaños empezaron a hacerlo, cada uno en una dirección diferente...todos menos Pablo que paralizado por el miedo se quedó allí, con la boca abierta observando la transformación. Mientras, en la casa, la madre tomaba un café con las demás. Ninguna se dio cuenta de que había comenzado a llover.
-"Voy al jardín a mirar qué tal se portan"- dijo una.
-"Déjalos, están con el payaso...¿no los oyes cómo gritan?...eso es que les encanta"- le comentó la anfitriona.
Cuando el del pelo rojo estirado y la cara desdibujada por el agua empezó a gruñir, el boquiabierto se desmayó.
-"Grrrrr...demonios...una hora de maquillaje y el traje a tomar por el cul...y dentro de media hora tengo otro cumpleaños...¡Niñooo!...estas tonto, no te tumbes ahí que te vas a poner perdido...¡NIÑOOOOO!".
su
9 comentarios:
El payaso es un enmascarado.
Con facilidad se asume que es un tipo confiable.
No sabía si reir o llorar, me hizo gracia imaginar el payaso todo descolorido y el pobre niño...bendita inocencia :) me gustó mucho su.
Muy bueno!!
Saludillos
Buena la historia, se da por hecho que el payaso debe divertir a los niños, pero la realidad, terca como suele ser, nos envía una y otra vez los gritos de un niño horrorizado. Feliz Navidad y Año Nuevo.
Muy bueno Su, a cualquier edad que suceda es terrible que perder una ilusión. De un momento sencillo creás una gran historia. Bravo!
Felices Fiestas
Un beso
Siempre que se desenmascara a alguien, da un poco de miedo ¿no? :) Abrazos
Muy bueno.
Un saludo.
Siempre es aterrador cuando se cae un disfraz, ver cómo se derrite ante tus ojos. Pobre crío.
Lo duro es imaginarse a un payaso disfrazado de persona...
Eso les encanta... me gusta esa frase como escusa...
Un abrazo
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