Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

miércoles, 22 de diciembre de 2010

A mi edad

Para que no se enteren de que me he marchado realizo todos mis movimientos con gran sigilo; espero a que el resto de la familia concilie el sueño y abandono mi habitación aguantando incluso la respiración. De puntillas, desciendo las escaleras para acceder a la puerta de salida. ¡Ya casi la tengo!- me animo.
En un portal cercano, doña Esmeralda me espera según lo planeado. Nos conocimos hace un par de semanas en el Hogar del Jubilado y como unos adolescentes necesitamos vernos tanto de día como de noche.
Agarro el pomo y una voz venida del mismísimo demonio me grita: “¡Papá, vuelve a la cama!

9 comentarios:

artistalight dijo...

Delicioso relato, me ha parecido hermoso, y esa voz...menudo susto nos dió!

Unknown dijo...

Que sobresalto oir que le han atrapado, muy bien secuenciado, se lo lleva a uno éste relato.

bicefalepena dijo...

Si va a ser verdad que la historia es circular.
Muy divertido lo de la voz venida desde el mismísimo demonio.

Un abrazo

HÉCTOR LUIS RIVERO LÓPEZ dijo...

Ah, el deber, la responsabilidad y el apego familiar esclavizan al amor. Un abrazo

Unknown dijo...

Ahora la hija da las órdenes, coincido con Bicefa: cuánta razón tenía el viejo Nietzsche.

Delicioso relato!

Puck dijo...

Por eso de la Navidad me había imaginado que iba a dejar los regalos de Reyes así que me sorprendió el final. Una vez releido me ha gustado todavía más
Saludillos

Unknown dijo...

jajajaja pobriñossssssssss.
Que no hay derecho no.
Estupendo No Comments y sí commets :)

David Figueroa dijo...

El parecido entre la niñez y la vejez. Bonito micro.
Un abrazo.

Towanda dijo...

Estoy trabajando en una historia similar para mi blog. ¡Curioso!, primero lo hago en mucho texto y luego intentaré reducirlo (sin perder el mensaje) para publicarlo en el microrelatista...

Me ha encantado, no comments, me ha encantado.
Un abrazo

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.