¡Terrible! fatal y desastroso accidente. Dolor y pena la inundaba al ver los restos del automóvil. Sobrevivientes, ninguno. Su cuerpo se estremeció, su luz se le apagó, su mundo se desmoronó cómo se desmoronan los sueños rotos.
Ella no pudo decirle adiós. No pudo tan siquiera dar una singular despedida. No entendía, su corazón destrozado y su universo paralizado. No concilió el llanto ni jamás pudo dormir. Imaginó que era una pesadilla pero luego cayó en cuenta de su horripilante e inhóspita realidad.
Vida, muerte, estrecho camino y momento inesperado. Ella destrozada pues no pudo decirle jamás adiós. Nunca hubo despedida.
Presa de sus pensamientos sigue esperando su regreso. Es cierto, jamás regresará. Cree que la esperanza no murió con él.
Todos los días prepara cena para dos.
Eterna espera, presente soledad.
-Vida te has ido, vida ¿dónde estás?
-Musa, ¿Qué dices? ¿Qué tramas? Me vuelves a robar el pensamiento, fatales versos me has hecho escribir.
-Títere mío, fatal acontecimiento. Me gusta hacerte escribir.
-Musa, no entiendo…
-No tienes que entender.
El escritor y títere.
3 comentarios:
Cuan difícil resulta aceptar el amor perdido.
Y aunque parezca increible, al paso del tiempo se irán borrando tan terribles recuerdos, se irán suavizando...si así no fuera, muchos moriríamos detrás de los que se fueron.
Triste entrada, pero así hay tantas realidades..
Bicos DAniel
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