Aquel día me armé de valor y le planté cara. La cogí por las solapas, la zarandeé y le canté las cuarenta.
- No me gustas. Estoy harto. ¡Eres mía y a partir de ahora harás lo que yo quiera!
Desde entonces mi vida y yo nos llevamos mucho mejor. Puede que acabemos siendo amigos.
Puck
Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.
¡Gracias Daniel!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)
1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.
2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.
3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.
4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.
5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.
6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.
7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.
8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.
9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.
10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.
Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.
6 comentarios:
...Acabo de zarandear a la mía :) me encantó Puck, veremos que pasa.
Eso deberíamos hacer todos.
Nos iría mucho mejor.
Muy buena entrada. Bicos.
¡JAJAJA! Sí, a veces necesitamos zarandear nuestra vida. :]
¡mUCHos salUCHos de UCH! :]
Qué bueno, me gustó esa visión de intentar cambiar la vida que uno lleva, porque está harta de ella, puede que sea verdad que uno sólo necesita zarandearla.
A veces los cambios son más positivos y están más cercanos de lo que creemos.
Un abrazo
Igual que a todos me gustó.
Hay que lanzarse a vivir con lo mejor que tenemos.
Artistalight, espero que el movimiento le siente bien
Carmela, gracias
Héctor, sí, a veces es una necesidad vital :-)
Maite, claro, es una manera (que no la única) de provocar cambios
Carlos, a vivir!!!!
Saludillos vitales
Publicar un comentario