Como no pude ir al velatorio de mi abuelo he generado una rutina. Los sábados por la tarde entro en un tanatorio cualquiera, miro la pantalla donde aparecen en letras de imprenta los difuntos. Sopeso la edad de los dolientes y me encamino al que creo más apropiado. Allí rezo o pienso o charlo y digo los tópicos de costumbre: “era un buen hombre”, “mejor morirse que seguir sufriendo”, cosas así que hacen más fáciles las conversaciones, más cercanos los corazones sin esa excesiva e incómoda intimidad del yo antepuesto a todo. A veces cuando llega la noche y todos se han dormido me deslizo en el ataúd, desplazo al muerto, adopto sus facciones, el rictus, las manos cruzadas. Es mi máxima expresión de empatía. Apenas un instante.
Luego paseo por la calle de vuelta a casa un poco más muerto, más cerca del olvido definitivo.
9 comentarios:
Increíble tu aterrizaje, empatizando con los muertos.
He visitado tu blog y me quedo muy gratamente sorprendida, sobre todo por no haber entrado antes.
Gracias a Torcuato por la labor de investigación-invitación al microrrelatista!
Y gracias a ti por tu espectacular llegada.
Aplausos y abrazos!
Es sensacional! Mi enhorabuena!
En los tanatorios suceden pensamientos y sucesos algo extraños aquí en el occidente.
Muchos, como tu personaje desean arreglar pendientes con un muerto cuando en vida no lo hicieron.
Los muertos no viven en éstos sitios ni en los panteones, sino en nuestros corazones. Bonito tu cuento. Hitchcockiano.
¡Muy buen micro! Sentir la muerte, empatía por los muertos, ponerse en su lugar... e irse acercando a la muerte.
¡mUCHos salUCHos de UCH! :]
Ya sabía yo que mi Antoñico no defraudaría. Menudo micro inaugural.
Un abrazo.
Muy buena carta de presentación, esperamos ver más con tanta calidad. Un abrazo.
En realidad el proceso mal llamado muerte, es la apoteosis, lo máximo que nos puede suceder. Buena carta de prsentación, Antonio. Un abrazo.
¡Excelente micro Antonio! ¡Bienvenido!
Hola a todos. Muchas gracias. No me gusta mucho esto de estar al día de los blog, el juego de contestar, de decir esto y aquello, bueno, pero sí quería daros las gracias por vuestra acogida. Si me atreví a participar fue por puro contagio.
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