Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

martes, 19 de octubre de 2010

Esperando la humedad

Mañana va a llover. ¿Será certeza o deseo desmedido? El aire penetra en mi nariz con olor húmedo y los pájaros se lo dicen unos a otros. El sol clava sus agujas calientes en mi piel. Ya lo decía mi padre, y antes que él, mi abuelo, y antes su padre: “Escucha al viento, a los pájaros y al sol”. Hoy he venido aquí con la única intención de escuchar. No tengo nada más que hacer. Sólo esperar a que caigan las primeras gotas. Aguardar y confiar mientras noto esta tierra agrietada bajo mis pies. Brotarán entonces las semillas, con ellas, mi sonrisa.

Torcuato González Toval

6 comentarios:

Maite dijo...

Precioso ese renacer de semillas. Un beso, Torcuato.

Anita Dinamita dijo...

Ese olor a tierra mojada que precede a la lluvia me encanta!
Esperamos felices la llegada del otoño

Claudia Sánchez dijo...

La certeza de los viejos, de los ancestros que tenían los sentidos más desarrollados que nosotros, no suele fallar. Buen micro Torcuato!
Saludos!

HÉCTOR LUIS RIVERO LÓPEZ dijo...

¡Bingo! Es certeza.Un abrazo, Torcuato

Unknown dijo...

Precioso. Éste es el tipo de micro del cual aprende uno algo. Soy algo reciente en la vida campestre y en sembrar plantas, pero tendré muy en cuenta ésta sabiduría que avisa cuando viene el agua.

artistalight dijo...

Querido Torcuato, además de precioso relato es muy cierto, somos agricultores y dependemos de la lluvia, sabemos bién lo que es, esperar con la tierra agrietada a los pies, un abrazo desde Venezuela, bello tu escrito :)

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.