Quien pone reglas al juego
se engaña si dice que es jugador.
Aute
Ha puesto todas sus cartas sobre la mesa.
Las reglas de este juego, si es que existen, no están claras. Las marcan los jugadores. Cambían en cada partida y en cada momento. A veces no hace falta ni sacar la baraja para saber el resultado. En otros casos se puede alargar de forma indefinida, quien sabe si infinita, o quedar de repente en tablas.
Los participantes tienen libertad de movimiento y pueden abandonar la mesa en cualquier momento sin previo aviso o mediante acuerdo. Se puede romper la baraja, guardarla o usarla para jugar al mus con los amigos.
Tan complejo es terminar una partida como empezarla. Se puede esperar una invitación formal o abrir juego.
Esta vez, y sin que sirva de precedente, se ha sentado y ha puesto todas sus cartas sobre la mesa. No puede hacer más. Esperar un guiño, una señal, un movimiento. Será la próxima jugada. Pero no está en sus manos.
Así es el juego. Hagan sus apuestas.
Puck
5 comentarios:
Me gusta la partida, esperemos que se alargue lo más posible. Apostaremos alto.
Enigmático e interesante relato. Me gusta mucho.
Un abrazo
También me gusta mucho, en realidad me gusta todo lo que escribes Puck :)
Un juego como el que describes debe tener una dinámica interesante y muy buenas peleas.
Super relato.
Yo creo que siempre hay que guardarse un as en la manga, aunque la intención sea jugar limpio :-D
Un abrazo.
Bicefalepena, quien no juega no gana y cuanto más alta sea la apuesta.. suerte!
Artistalight, gracias por tus palabras
Carlos, el juego lo elige cada uno. Yo me quedo con Sabina que cantaba aquello de "amor se llama el juego..."
Maite, por supuesto, en el amor, en la guerra y en el juego todo vale
saludillos juguetones
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