Ella no necesitaba reyes de su casa, ni corona, ni vasallos entregados, ni infantas caprichosas, ni príncipes azules, ni palacios. Le bastaba con sentirle a su lado, diferentes pero iguales, sin derechos de pernada, libres de marchar o de quedarse.
Con él su alma andaba siempre en zapatillas, medio desnuda, con la caricia a flor de piel y el beso puesto.
Nunca entendió el amor de otra manera, ni siquiera en los tiempos de la lucha, cuando la soledad que le impuso su partida, ganaba alguna batalla. Hoy su alma sigue paseando libre y desnuda por la casa, en zapatillas, victoriosa y viva : guardados el beso y la caricia en aquella cajita, con sus cosas.
6 comentarios:
Si los apegos y los recuerdos la hacen feliz...
Buen texto Isabel.
Un beso.
Precioso Isabel...muy bonito, lo leí varias veces y cada vez me pareció más bello.
Un texto de una calidad exquisita. Felicidades. Un abrazo.
Me gusta mucho tu relato. Y qué suerte la de él, porque pudo disfrutar de una persona a su lado cuya alma es capaz de andar despreocupada en zapatillas.
Me parece precioso imaginar lo que has escrito.
Un abrazo
El amor Real: esa combinación de realidad y fantasía... y de espera... aunque no regrese... El amor es libertad, gozo y esperanza. :]
¡mUCHos salUCHos de UCH! :]
Precioso relato de melancolía y recuerdo. Siempre duelen las expulsiones del paraíso, no importando como se den.
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