Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

miércoles, 27 de octubre de 2010

Fobia

Hoy me ha dado fobia, fobia inexorable, fobia a las letras y fobia a los espejos difusos que veo en los reflejos al escribir.

Es por eso que hoy fui a terapia y dejé de escribir. El terapeuta me recomendó matar a la musa, traicionarla, envenenarla y terminar con ella de una vez por todas. Cruel.

Intenté asesinarla, no lo logré. Creo que jamás podré.

Fallé.

Hoy, hoy estoy de vuelta.

Me he resignado, no existe cura ni ayuda alguna para curar este mal.

Seguiré escuchando a la musa, tomaré dictado de sus versos y entonces continuaré escribiendo.

El enfermo escritor

Daniel J. Hernández R.

10 comentarios:

HÉCTOR LUIS RIVERO LÓPEZ dijo...

Lo mejor que hizo el escritor... No cogerle miedo a la musa; si es una musa caricorta, entonces ser precavido con el que cortó a la musa...;) Cordiales abrazos

Unknown dijo...

Más bien hay que temerle a los ogros del pragmatismo realista que lo acosan a uno con las exigencias de un mundo que no inventamos.
El de las musas lo recorremos más agusto. Con o sin ellas.

bicefalepena dijo...

Cómo es eso de matar a las musas, el médico es el que está enfermo.
Hay que dejarlas volar y siempre vuelven.
Tú eres la prueba de ello.
Un saludo

Daniel J. Hernández dijo...

Héctor: tienes razón pero la musa a la que me refiero es agresiva. Llega sin avisar y secuestra mis pensamientos, en rescate exige versos tristes. Me atrapó y no puedo escapar.

Carlos: Coincido contigo. Sabes, a lo que más temo es a ver reflejos en lo que escribo, a veces no me reconozco. Ese es mi mayor miedo, aun no exploro el mundo de las musas, aunque es increíble.

Bicefalepena: ¡Claro! No lo había pensado así, creo que el médico es el que anda mal de sus facultades, al menos eso me dijo la musa llorando cuando la intenté asesinar. Ahorita ya se le pasó el susto, quiere salir a pasear, se que regresará.

Gracias a todos por pasar por aquí y leer a este enfermo escritor.

Abrazos repartidos, hagamos entonces una pandemia.

artistalight dijo...

La maravilla de ser escritor es que si estas calmado...tus escritos estan llenos de paz, si estas enamorado, son dulces y armoniosos, si estas triste...las lágrimas se vuelven versos, si estas enfermo...quizás escribas el mejor texto de tu vida, las musas convierten nuestros sentimientos en bellas palabras... Un abrazo

Daniel J. Hernández dijo...

Gracias Astistalight, hace tiempo leí lo contrario: si estás triste escribe los versos más felices, si no lo estás escribe versos de soledad...
Estamos bien.
Pero sea lo que sea, escribamos pues.
Abrazos

artistalight dijo...

Pero sea lo que sea, escribamos pues...La musa al escuchar esas palabras se abrazó al escritor...la literatura estaba a salvo :)

Daniel J. Hernández dijo...

Claro Artistalight, me ha gustado tu continuación. Hemos fabricado hermoso relato:

La musa al escuchar esas palabras se abrazó al escritor. Es escrito se aferró a ella también...

Unknown dijo...

Nunca matemos a la musa. Ya ella de vez en cuando se toma vacaciones.
Expléndido Daniel.
Bicos

Héctor Ugalde dijo...

Lo mejor es aceptar la fobia, la enfermedad de necesitar escribir y recibir a la Musa, aunque sea de las agresivas. :]
Las palabras y las letras (aún en dosis pequeñas), sí no son la cura, al menos son la locura que distrae de la "enfermedad" que padecemos... :]
¡mUCHos salUCHos de UCH! :]

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.