¡Ay!, qué será de mi cuando ya no tenga huesos ni palabras...
Me desperté, y al querer estirarme para aflojar las coyunturas, no pude hacerlo. Traté con esfuerzo de desplegar mis brazos hacia los lados, mientras intentaba abrir la boca, pero no pude moverme ni un centímetro. Me sentí como un charco sobre la cama, con los ojos bailándome en las cuencas, y la piel, puro pellejo. De pronto una risa hueca me sorprendió, y veo, lo que parecía ser mi esqueleto apoyado en la pared; y éste, de manera cínica me dijo:
—Sin mí no puedes hacer nada, ¿verdad querido?
—¿Pero qué haces ahí?, pedazo de huesos —le dije.
Le ordené que volviera, pero el muy condenado se negaba.
—Hoy es tu día libre y yo me encargaré del quehacer de la casa —me dijo con ternura.
—¡Ah, sí!, ¿y cómo te las arreglarás sin mi cerebro, pedazo de fósil?
—Yo también tengo mis sesos, mijito, por si no lo sabías, es una copia virtual del tuyo.
Respiré su soberbia. No me quedó otro remedio que aceptar su individualidad.
—¿Y qué es lo primero que vas a hacer, saco de huesos? —le pregunté, desafiante.
—No te preocupes ya lo tengo todo calculado, amorcito. Primero te prepararé un café negro como a ti te gusta, pero antes déjame que saque la basura.
Tan pronto dijo eso, se fue deprisa a la cocina, vació el zafacón*, abrió la puerta y salió tarareando una canción de Serrat, esa que dice “no hago otra cosa que pensar en ti”... entonces me acordé que el perro estaba suelto, pero ya fue muy tarde para decírselo.
*zafacón
4 comentarios:
Encantador relato, fantástica imaginación, los escritores son casi mágicos, sentirse como un charco sobre la cama...sin huesos, conversar con nuestro esqueleto que al menos... nos quiere :) sabe señor Héctor, desde que he entrado a esta página maravillosa, he vivido cosas que jamás hubiera imaginado, cada una más bonita y extraña y todo a la vez, entrando al mundo del microrrelato, conociendo palabras, significados, reflexiones, nuevas y hermosas. Nunca deje de escribir :)
Precioso cuento acerca de las aventuras de un esqueleto y la consecuencia de abandonar sus carnes sobre la cama.
Y muy buen comentario de artistalight con instinto a la eterna búsqueda de palabras.
Del mismísimo Garcia Márquez dicen que escribe por las mañanas y pasa las tardes buscando palabras para luego utilizar.
Es hermoso todo lo que se puede jugar con la lengua castellana y las inmensas posibilidades de crear uno mismo nuevas palabras y significados utilizando las ya existentes.
Incluso podemos deformar las palabras y nos hacemos entender con solo sus raíces o sonidos.
Ejemplo Despidoso activeles este abrazamiento coleguístico.
Más le había valido cantar "hoy puede ser un gran día..."
Justo ahora que empezaban a quererse, y a conocerse...
Héctor, me ha parecido genial tu relato.
Un abrazo.
upps...es que lo volví a leer y me volvió a encantar :) Un abrazo
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