Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

miércoles, 6 de abril de 2011

A vueltas con la Mitología.

Como  he visto que me tocaba publicar demasiado tarde, recupero un micro y dos nanos relacionados con la mitología clásica.


Delincuente juvenil

En las afueras de mi ciudad hay un barrio que se llama Itaca y allí vive un muchacho, Ulises, que se hace respetar. 
Quizá no sepa nada de cíclopes, quizá no conozca a Circe. Es probable que confunda a Polifermo con Poli y a Penélope con Pe. 
Y seguro que no es una ninfa lo que le hace olvidar.
Eso sí, en cuanto a huir del canto de las Sirenas, al otro Ulises, al de Homero, puede explicarle unas cuantas cosas.

 

El arte y la crítica.

Mientras Orfeo calmaba la tempestad con sus cantos, Jasón, ufano, decía a los demás que desafinaba.

 

Cuestión de fe.

El enorme cíclope fue vencido, al fin, por un pequeño orzuelo.


Hugo Cueto

4 comentarios:

Elisa dijo...

Vaya ironía que te gastas. Me encantan todos. El final de Delincuente juvenil es un puntazo (por poner una pega, ¿no será el título demasiado explícito?) y el de el arte y la crítica da en el centro de la diana.
Es un honor compartir día contigo, Hugo.

Caboclo dijo...

Muy buenas "lecturas mitológicas". Me ha hecho mucha gracia la del orzuelo y me ha indignado el atrevimiento del soso de Jasón. La más completa me parece la de Ulises, pero estoy con Elisa en que el título quizás sea demasiado explícito.
Saludos.

Sergio DS dijo...

Cuan molestos son los míticos orzuelos, que no mitológicos.

puri.menaya dijo...

Me encantó el Ulises moderno que sabe escapar del canto de las sirenas... Un buen relato. El título yo lo veo bien, si no tendríamos que adivinar, porque tampoco das muchos otros datos sobre su vida para que podamos saber qué hace ese chico.
El cíclope también es genial, no hay nada como meterle el dedo en el ojo... y algo tan pequeño como un orzuelo puede con él, lo que no entiendo muy bine es el título.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.