Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

domingo, 10 de abril de 2011

Dolor


Subo fatigosamente la escalera de piedra, cuando un hombre en jubón, calzas y  arco en mano se me adelanta y llega antes que yo a la almena de la torre. Desde allí, al parecer, reconoce al enemigo que se acerca. Entonces carga y tensa el arco: la certeza puesta en el rival.
—¡Qué ridiculez! ¿Cómo puedo soñar esto? —exclamo al tiempo que él suelta la cuerda. No hay duda de que le he hecho errar el tiro pues, furioso, carga otra vez y me apunta a mí.
Así  fue como desperté con esta terrible punzada en el ojo izquierdo, doctor.


6 comentarios:

Belén Lorenzo dijo...

Fue una suerte que apuntara al ojo... :o) Me gustó como mezclaste los dos mundos, el onírico y el real.
Un abrazo

Torcuato dijo...

Sólo un dolor de ojo, por un momento pensé que lo contaba desde el más allá.
El dolor que físicamente sentimos, viene de lejos, el sueño de este hombre, le da datos simbólicos de donde procede.
Besos, Mónica

Unknown dijo...

El sueño deja su huella en la realidad.

Pensaré este micro como un tratado iniciático y sólo soñaré paz y belleza.

Como siempre, el placer de leerte.

artistalight dijo...

Hay sueños que revelan dolencias ocurridas en vidas anteriores, que nos duelen en esta vida sin razón aparente, en fin que lio me he hecho, pero me pareción excelente tu escrito.

Mónica Ortelli dijo...

Belén,Torcuato, Patricia, Artistalight, muchas gracias por los comentarios tan interesantes que les ha sugerido el micro.
Un abrazo fuerte.

Puck dijo...

Me ha gustado mucho. Me voy para tu blog. Saludillos

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.