Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

domingo, 1 de agosto de 2010

YA NO TIENE GRACIA

Muerte llamó a su puerta.
La esperaban con una gran sonrisa en el rostro.
Dio media vuelta y se fue.
Así no tenía gracia se dijo.

Carmela

6 comentarios:

Rebeca Gonzalo dijo...

Muy, muy bueno. Lo siento yo también he sonreído ante la contrariedad de la Muerte al vivir ese recibimiento. ¡Genial!

Unknown dijo...

Si lo meditas,los esqueletos siempre están sonriendo,por éso se confundió la muerte.

Propílogo dijo...

El otro día reflexionaba acerca de nuestra escasa preparación ante la muerte. Es la única certeza absoluta e inevitable; pero no aprendemos a asumirla.
Tu relato me dice que olvidé reflexionar acerca de qué piensa la muerte sobre nuestra capacidad de asumirla. O celebrarla.
Me ha gustado mucho que la hayas llamado "Muerte" y no "la Muerte", aunque me ha descolocado leer que "la esperabaN". Tal vez yo imaginaba en singular.
Muy buen micro. Gracias.
P.

Juan Vásquez dijo...

¡está muy bueno!; Conocí alguien que pensaba lo mismo antes de jalar del gatillo

Unknown dijo...

Gracias Sechat me sonrojas :)

Eso es cierto Carlos, mas a Muerte no le esperaba un esqueleto eh? Mua.

Propílogo, que menos que darle nombre propio no? Sobre el plural o singular, creo que igual tienes razón, pero pienso que sirve para los dos casos no? Tanto en singular o en plural... corrígeme si me equivoco. Mua.

Juan, pues esa persona decidió así.
La libertad ante todo no?.

Un biquiño a los cuantroo

Isabel Mª dijo...

Ay Carmela!, Esta Señora es más amante de "joderle" la vida a los demás que de remediársela. Imagina su negativa reacción si se aprobase la eutanasia.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.