Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

martes, 24 de agosto de 2010

EROTIMAR

Desplegamos las velas para zarpar con nuestros cuerpos en un viaje sin retorno. Me nombro capitán de un barco ingobernable cabalgando sobre olas de pasión desenfrenada. Me zambullo en ese azul donde sofoco mi deseo, dejándome llevar por el remolino de unos labios que me absorben dulcemente mientras los dedos se enredan en la red tejida por su pelo. Las manos, temblorosas, se aferran al timón de sus caderas. En su cuello, la cálida brisa de mi aliento nos empuja suavemente hasta la orilla. Allá donde mis ganas, ávidas de caricias, navegan por su perfil de sirena. Soy un marino loco bañándose en un mar de impulsos y emociones. Exhaustos, agotados, sentimos la quieta calma que mece nuestras ansias, preludio de un periplo inagotable.


6 comentarios:

Anita Dinamita dijo...

Precioso Maite, y sensual, y erótico...

Juan Vásquez dijo...

Hola Maite, Me ha parecido que escribir este tipo de relatos es de lo más díficil, casi siempre se cae en las misma citas y metáforas -algunas de ellas ya van siendo muy metonímicas, aún así creo que si uno llegase a hallar una voz propia en este género sería un gran escritor.
¡Felicidades!

Unknown dijo...

Precioso contemplar que el cuerpo entrgue lo que porta el alma.
Curiosamente coincidimos en aportar nuestra perspectiva de relato erótico a la humanidad,ojalá los disfruten con el mismo cariz en que fueron elaborados.Besos.

Chula dijo...

Una metáfora preciosa, Maite, y además dan unas ganas tremendas de zambullirse.
Un abrazo.

Maite dijo...

Anita: me alegra mucho que lo hayas disfrutado leyendo casi tanto como yo escribiéndolo ;-)



Juan Vásquez: tienes razón, los campos semánticos en alusión a escenas amorosas abundan en la literatura, por eso estoy de acuerdo contigo en que la única salida es encontrar un estilo y voz propios.

Maite dijo...

Carlos: Eso mismo le decía a Anita, yo creo que se trasmite cuando algo se hace con vocación, devoción o pasión.



Chula: no te prives y pégate un chapuzón, te aseguro que merece la pena ;-)

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.