Se tomó la poción que había inventado para hacerse invisible,pero la fórmula tuvo una falla parcial,y el tipo se podía ver de las rodillas para abajo.De ahí en adelante su vida fué infernal,pues frikeaba a todo mundo. Con su presencia;con ropa le confundían con fantasma y desnudo hacía correr a cuanto veía una piernas avanzando hacia él; y peor si les hablaba para explicar,salían corriendo pegando gritos.
Llamó por teléfono y convenció al dueño de un circo a que le diese empleo.
En el circo colocaban un pequeño muro para que no se vieran pasar sus piernas,y un mago hacía parecer que ponía los objetos a flotar,cuando en realidad éra el químico quien las cargaba,otra variante es que el mago hacía una señal mágica,y el invisible le quitaba el sombrero a un espectador,derivando ésto en un éxito
absoluto.
Pero el número apoteósico de cierre era el de las piernas que bailaban tap sobre una tarima bien iluminada.
3 comentarios:
Contigo siempre me divierto.
Un abrazo.
Gracias Torcuato,si yo tuviése un millón más de lectores como tú ya hubiése logrado un best-seller.
Mientras los logre,no me queda otra que seguir aplastado por el anonimato,cual si me hubiése caído encima un piano.
Pero aquí con la perseverancia,quizás llegue el día en que uno deje de ser un individuo genérico,de presente dudoso y futuro incierto.
Jejeje... por eso se debe revisar muchas veces la veracidad de la fórmula.
YoSabina
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