Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

lunes, 29 de julio de 2013

Conveniencias

Tras una oportuna llamada de advertencia, la grúa se lleva al desguace el vetusto coche estacionado durante meses en el mismo sitio. El vecino del tercero se apresura a ocupar la plaza vacía con su furgoneta. La señora del bajo se alegra de no tener que ver más esa cochambre frente a su puerta. La anciana de enfrente, aunque apenada, admite que el automóvil de su difunto esposo ya no podía seguir allí. Y el pandillero del ático, satisfecho, se regodea pensando en que el cuerpo que escondió en el maletero, será pronto un amasijo prensado entre la chatarra.



11 comentarios:

*L* dijo...

"No hay mal que por bien no venga".

Me ha gustado. :)

Besos.

http://cirujanosdeletras.blogspot.com dijo...

La vida misma. Lo único que si llevaba días las olores serían desagradables.

Un saludo.

belinda dijo...

El pandillero del atico se puso tan nervioso,creyendo que la policia se habia llevado el coche,que apresuradamente fue a comisaria y confeso su crimen.

Pesadillas de Papel dijo...

Dicen que no hay crímenes perfectos, pero esto parece aproximarse bastante.

Me gustó.

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Pues todos contentos.

Unknown dijo...

Magistral tu capacidad de empacar éste cuento como debe ser.
Eres genial y preciosa.

Juan Esteban Bassagaisteguy dijo...

Fantástico, Sara, tu habilidad con las letras ampliada al mil por ciento.
Excelente...
¡Saludos!

Andrea Vinci dijo...

Muy buen final, ¡y la grúa salió gratis!!!!

Luz Leira dijo...

Me encantó este relato. Estos que se basan en la concatenación de acontecimientos son de mis preferidos y Sara tiene un talentazo para llevarlos así de bien. Abrazos!

Anónimo dijo...

Simple y llanamente ¡buenísimo!
Un abrazo, Sara
Rosy

Sara Lew dijo...

¡Gracias por vuestros comentarios!

Abrazos.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.