Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

sábado, 8 de junio de 2013

La carretera

Saliendo de Nogoyá, Prov. de Entre Ríos, Argentina


Llovía en el campo entrerriano.
Lo atravesaba la cinta de asfalto que serpenteaba ufana de tanto tránsito. Camiones, camionetas, automóviles en larga fila, esquivándose en la brumosa carretera. El gris pintaba el cielo inmenso en la llanura y el aroma a tierra mojada llenaba el aire. Algunas nubes blancas se recostaban en el horizonte limítrofe y los postes de energía escoltaban el camino saliendo de Nogoyá, la ciudad de la plaza linda. De repente, el pavimento parecía terminar en el filo de una lomada, pero pronto retomaba en pendiente hasta la próxima gradiente. Las luces de los camiones se filtraban tras la lluvia intensa y en alguna curva se enfrentaban con el monte. El campo, a la vera de la ruta brillaba de distintos verdes. Las palmeras, muy altas, coqueteaban con los pinos y algunos sauces en suave ondulación. Algún marrón entrecortado anunciaba la tierra arada esperando la simiente al amparo de la lluvia. La doble raya amarilla obligaba a mantenerse del lado derecho, observando las finas gotas de agua que resbalaban sobre el parabrisas. A la izquierda, los gigantes esbeltos que enlazaban los tres fuertes cables que conducían la energía y con ella el progreso, descollaban. La lluvia persistente demoraba la llegada a destino. Al fondo, las luces encendidas de los coches formaban un caprichoso collar vespertino en un giro inesperado de la carretera. Las descargas eléctricas que se desplomaban sobre el campo, ya oscuro, y el rugir de los truenos que semejaban monstruos mitológicos, apuraban a los conductores. En un atardecer tormentoso de septiembre, la ruta asfáltica fue la primera actriz.

7 comentarios:

Bluesman in the dark dijo...

Estupenda descripción, de esas que te mete en el panorama

Un saludo

http://misrelatosyesteblog.blogspot.com.es/

Arturo dijo...

Zunilda:
Muy buena descripción del paisaje; me trajo a la memoria una vez en que retornaba desde Salta, hacia mi casa en San Pedro de Jujuy y había una furiosa tormenta eléctrica, que me obligó a parar fuera de la ruta, en un parador para camiones.
Recuerdos que uno tiene...
Un gran abrazo.

Anónimo dijo...

Dedicado a Humberto Dib:

http://thescarletrevolutionary.wordpress.com/?s=king+kong

Unknown dijo...

Todo un road story tu fina descripción de éstas estampas del viaje.
Te comprendo como perpetuo nómada.
Apenas ayer fuí a Río Vista, California y se me quedó impresa la foto mental de molinos de viento generadores de energía, acordes a éste sitio de curiosa soplada eólica intensa donde los árboles y palmeras crecen inclinados.
Ir en el camino, muchas veces es mejor que llegar.

José María Souza Costa dijo...

Hola.
Belísima, escrita.
Felicidad.
Abrazos

Andrea Vinci dijo...

En esas rutas argentinas, que tanto me recuerdan a la vieja ruta 2... con una mano de ida y una de vuelta, pero con el palmeral y las tormentas que dan miedo, y sí, no es una simple descripción, es LA protagonista que te puede engullir en un instante.

Deli Ruiz dijo...

Gracias, compañeros por vuestra clara opinión. Abrazos

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.