Saliendo de Nogoyá, Prov. de Entre Ríos, Argentina |
Llovía en el campo entrerriano.
Lo atravesaba la cinta de asfalto que serpenteaba ufana de tanto tránsito. Camiones, camionetas, automóviles en larga fila, esquivándose en la brumosa carretera. El gris pintaba el cielo inmenso en la llanura y el aroma a tierra mojada llenaba el aire. Algunas nubes blancas se recostaban en el horizonte limítrofe y los postes de energía escoltaban el camino saliendo de Nogoyá, la ciudad de la plaza linda. De repente, el pavimento parecía terminar en el filo de una lomada, pero pronto retomaba en pendiente hasta la próxima gradiente. Las luces de los camiones se filtraban tras la lluvia intensa y en alguna curva se enfrentaban con el monte. El campo, a la vera de la ruta brillaba de distintos verdes. Las palmeras, muy altas, coqueteaban con los pinos y algunos sauces en suave ondulación. Algún marrón entrecortado anunciaba la tierra arada esperando la simiente al amparo de la lluvia. La doble raya amarilla obligaba a mantenerse del lado derecho, observando las finas gotas de agua que resbalaban sobre el parabrisas. A la izquierda, los gigantes esbeltos que enlazaban los tres fuertes cables que conducían la energía y con ella el progreso, descollaban. La lluvia persistente demoraba la llegada a destino. Al fondo, las luces encendidas de los coches formaban un caprichoso collar vespertino en un giro inesperado de la carretera. Las descargas eléctricas que se desplomaban sobre el campo, ya oscuro, y el rugir de los truenos que semejaban monstruos mitológicos, apuraban a los conductores. En un atardecer tormentoso de septiembre, la ruta asfáltica fue la primera actriz.
7 comentarios:
Estupenda descripción, de esas que te mete en el panorama
Un saludo
http://misrelatosyesteblog.blogspot.com.es/
Zunilda:
Muy buena descripción del paisaje; me trajo a la memoria una vez en que retornaba desde Salta, hacia mi casa en San Pedro de Jujuy y había una furiosa tormenta eléctrica, que me obligó a parar fuera de la ruta, en un parador para camiones.
Recuerdos que uno tiene...
Un gran abrazo.
Dedicado a Humberto Dib:
http://thescarletrevolutionary.wordpress.com/?s=king+kong
Todo un road story tu fina descripción de éstas estampas del viaje.
Te comprendo como perpetuo nómada.
Apenas ayer fuí a Río Vista, California y se me quedó impresa la foto mental de molinos de viento generadores de energía, acordes a éste sitio de curiosa soplada eólica intensa donde los árboles y palmeras crecen inclinados.
Ir en el camino, muchas veces es mejor que llegar.
Hola.
Belísima, escrita.
Felicidad.
Abrazos
En esas rutas argentinas, que tanto me recuerdan a la vieja ruta 2... con una mano de ida y una de vuelta, pero con el palmeral y las tormentas que dan miedo, y sí, no es una simple descripción, es LA protagonista que te puede engullir en un instante.
Gracias, compañeros por vuestra clara opinión. Abrazos
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