Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

sábado, 26 de noviembre de 2011

CIRCULO VICIOSO

Estaba al borde de sus fuerzas, sus manos se habían ido escurriendo por el alfeizar de la ventana y su cuerpo pendía hacia un vacío que le atraía con la fuerza de un imán. Sus dedos se aferraban desesperadamente al borde mientras algunos desde la ventana le daban sabios consejos sobre lo que tenía que hacer, pero sus oídos ya no escuchaban, sus ojos no conseguían ver más allá de  la caída y los músculos de sus brazos gritaban  el dolor de su resistencia.

No podía luchar más, apenas esperaba ya unas vigorosas manos que la rescataran cuando se despertó, se sentó en la cama e intentó poner calma en su respiración, todo iba bien hasta que  se asomó a la ventana para que le diera el aire y se vio luchando desesperadamente para no caerse,  asida por los dedos al alfeizar.          

7 comentarios:

Alfonso Carabias dijo...

Buen relato Esperanza, transmite una sensación de desasosiego bastante marcada.

Un saludo.

Unknown dijo...

Precioso.
Como el espejo de un sueño.

Mar Horno dijo...

Qué angustia, despertar y ver que sigue la pesadilla. Un beso.

Luisa Hurtado González dijo...

Espero que reaccione y estire la mano para cogerse y terminar con la pesadilla. Ella puede hacerlo.

Rocío Romero dijo...

Ay, los bucles me dan una claustrofobia... buff. Muy bien manejada la tensión, Esperanza.
Besos

Elysa dijo...

Y vuelta a empezar, una pesadilla infinita. ¡uf!

Besitos

Rosa dijo...

Que horror, despertarse y seguir en la misma situación...

Muy bueno Esperanza.

Besos desde el aire

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.