Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

lunes, 19 de septiembre de 2011

CON UN PAR


Durante la cena, mi hijo le preguntó a su padre por qué la mamá de su amigo Borja trabajaba y yo no. Él dejó un momento de atender al partido de fútbol que daban por televisión y le contestó que en aquella casa era suficiente con que uno trabajara.

Esta mañana, antes de salir, le he dejado una nota a mi marido, sujeta con dos imanes a la puerta del frigorífico.

“Como veo que tú sólo te bastas, durante unos días, no hago las camas, no paso la aspiradora, no limpio el polvo, no friego los suelos, no pongo la lavadora ni el lavavajillas, no tiendo la ropa, no plancho, no hago la compra, tampoco la comida, no enseño Lengua ni Matemáticas, no curo heridas, no llevo ni voy a por el niño al colegio. ME VOY DE VACACIONES.

P.D. Encima del aparador, te he dejado el número de teléfono de la asistenta de la mamá de Borja por si te ves un poco agobiado. Ella estará encantada de hacerlo todo. Cobrando, claro”.
Marisa.

13 comentarios:

Pepa dijo...

Para un hombre que es capaz de dejar de ver un partido de futbol para responder a su hijo… y va y se cubre de gloria.
Es penoso, pero así van las cosas. Y empeoran cuando además trabajas solo en casa no por elección personal, sino porque no encuentras trabajo fuera.

Rosa dijo...

Jajaja Lola. Me ha vuelto a encantar leerlo. Si señora con un par.

Besos desde el aire

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Es que hay algunos que están mucho mejor abriendo la boca sólo para insultar al arbitro.

Buen retrato de la sociedad en la que vivimos. Solo espero que no sea la sociedad en la que viva mi hijas.

Un saludo.

Unknown dijo...

Que triste ver a quienes no aprecian a la encantadora Diosa de la casa, allá ellos en un mundo de neuróticos competidores.

Paloma Hidalgo dijo...

Es curioso que el verbo trabajar lleve asociadas necesariamente las ideas de que sólo se puede hacer fuera de casa y a cambio de un salario. Ya me gustó cuando lo leí por primera vez, ahora me reafirmo en ello.

Un saludo

Elysa dijo...

Es que, Lola, qué mala eres, ¿no ves que eso no es trabajo?

Muy buena esa ironía.

Besitos

A.Torrante dijo...

Vacaciones? De qué? Iba a publicar como anónimo pero me la banco! :-)

Lola Sanabria dijo...

Pepa, Pedro,Rosa, Paloma (¿dónde lo leíste?), Carlos, Elysa, Torrante... A todos mil gracias por comentar el micro.

Puñado de besos.

Ana Belén García Sánchez dijo...

BUENISIMO. No hace falta añadir nada más. Un abrazo currante.

Paloma Hidalgo dijo...

En tu blog, creo recordar, hace ya algún tiempo.

Saludos

Sara Lew dijo...

Muy bueno. Me encantó. Vaya si tenemos trabajo!!
Un saludo.

Lola Sanabria dijo...

Gracias Relatadamente tuya.

Yo creo que no está en el blog, Paloma. ¿Tal vez en La Ventana de Millás?

Gracias Sara. Trabajo, siempre, menos la Preysler, claro.

Besos triples.

Javier Ximens dijo...

Tener un "ama de casa" es el mejor invento de la familia tradicional. Deben pasar generaciones de independencia económica de la mujer para que los machos se apeen de la burra. Lo puedes decir más alto, pero no más claro.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.