Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

domingo, 16 de junio de 2013

ACUSE DE RECIBO


En el correo, una carta. La abre y queda atrapada por la sensualidad de las palabras. Son como un abrazo que llega hasta su garganta haciendo que se le escape un ronroneo felino. Después de releerla varias veces, la guarda entre sus cosas más preciadas. Se siente confundida y halagada, deseada y asustada. No piensa más en ella. Esa noche mientras toma un yogur de la nevera, echa la cabeza hacia atrás, como si la apoyara en un hombro imaginario, se estremece. Las palabras de la carta envuelven su cuerpo y el yogur se calienta en su mano.

Rosa M.

8 comentarios:

Clip dijo...

Me parece una prosa deliciosa, de una sutilidad y fuerza que me encantó.
Gracias por este post!!

Pedro Herrero dijo...

La frase "no piensa más en ella" actúa de vértice entre el antes y el después. Parece ser el final del rechazo y el principio de la claudicación. Ese lapso de tiempo necesario para asumir el gozo de lo inesperado revela una gran sensibilidad. Es un texto intimista, delicado y de gran belleza.

BB dijo...

No piensa más en ella, porque se ha convertido en parte de si, de sus adentros y sabe que puede repetir ese inesperado placer, a su antojo.
Sensual y hermoso relato, Rosa.

Cabopá dijo...

Buen texto, amiga.
Eso de que el abrazo le llega hasta la garganta, es magnifico.

Besicos, escritora.

Andrea Vinci dijo...

Muy buen texto, felicitaciones. Un acierto la foto.

Unknown dijo...

De alta temperatura erótica; al grado de calentar un yogur con la mano. Dos frases más y lo hace hervir.Bravo.

Yolanda dijo...

Cuantas emociones encierra una carta de esas que ya nunca llegan, con su escritura a bolígrafo, su sello difuso por la tinta del matasellos, el papel que se intuye palpando desde el exterior...

Buen micro.

Un abrazo.

Rosa dijo...

Gracias por vuestros comentarios y lecturas.

Besos desde el aire

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.