Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

martes, 19 de marzo de 2013

Perder el Ctrl


Soy el robot principal de la cadena de montaje. Hoy, mientras trabajaba en una cupé de líneas cautivadoras, se enganchó mi brazo. Eso no es nada. Me salió un hilo de sangre y lo limpié con rapidez. Si se enteran de que estoy vivo, pierdo el empleo.




22 comentarios:

Pedro dijo...

Un micro que entierra su metáfora en la despersonalización del mundo laboral. Cruel, sin duda.

Mis aplausos para Sandra.

Un abrazo,

Unknown dijo...

Maravilloso y visionario relato.
De lo mejor que he leído en micro robótico.

Rosy Val dijo...

Jope Sandra, esto es de lo mejor que te he leído. No debería sorprenderme, porque sé que eres "la fiera de los chiquitines", pero me sigues sorprendiendo, sí, ¡me sorprendes!
Un besazo, artista.

balamgo dijo...

:-)
Nunca tan pocas palabras dijeron tanto...
Un abrazo.

Rosa dijo...

Un micro reflejo del sistema laboral. Bravo Sandra!!!

Besos desde el aire

Anónimo dijo...

Un relato que expresa la crueldad de la situación laboral en la que se encuentran muchos trabajadores. Me ha gustado mucho. Besos

TORO SALVAJE dijo...

Pobre robot.
Esos malditos capitalistas...

Grrrrrrrrrrrrrrrr

Besos.

César Augusto Pacheco dijo...

Certera metáfora de una realidad distópica condensada magistralmente en unas pocas palabras. Es decir, un crudo y potente microrrelato. Un abrazo, Sandra.

Unknown dijo...

Sandra: lo triste es que cuando pierdes el CTRL. te dan DELETE y luego te sustituyen por un REFRESH y no tienes otra ALT ernativa que irte para tu HOME.

¡Un micro excelente!

Saludos.

Cabopá dijo...

Perder el control en estos días puede ser perder el trabajo.El rojo de la sangre se vuelve incoloro.

Besicos amiga.

Amando García Nuño dijo...

No creas, yo estoy en la misma cadena de montaje, y he visto llorar al encargado. Ya nada es como antes.
Un abrazo

Anónimo dijo...

GENIAL!!!!
UN ABRAZO

Sandra Montelpare dijo...

¡Ooh! ¡Muchísimas gracias, Pedro, Carlos, Rosy, balamgo, Rosa, Beatriz, Toro,Rashek, Beto, Cabopá, Armando, ReltiH ! Son muy generosos, realmente. Gracias por pasar por aquí, por dejar sus lecturas que a mí me ayudan muchísimo.
Es cierto que la intención fue metaforizar sobre la despersonalización, sobre lo prescindibles que somos todos en el trabajo hoy día, sobre este futuro no tan lejano y distópico y un presente donde nada es como antes. Tal cual. ¿Terminaremos todos pidiendo F1 mientras nos dan delete cruelmente?
Un abrazo enorme y besos para todos.

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Un retrato cruel y descorazonado, pero no demasiado ficticio, desgraciadamente.

Sandra Montelpare dijo...

Así es, Cybr. De ahí, la crueldad.
Gracias por tu lectura.
Saludos siempre admirados van.

Sandra Montelpare dijo...

No me extrañaría que eso suceda, Diego. Ya somos escartables en cualquier empleo.
Gracias por tu lectura.
Saludos van.

Arturo dijo...

Sandra:
Pobre tipo...
Se disfrazó para poder laburar,
Ya llegará el día en que los autómatas acapararán todo y habrá que disfrazarse para pasar por uno de ellos.
Me lo imagino como el robot japonés AZIMO.
Muy bueno tu micro.
Un gran abrazo.

Andrea Vinci dijo...

Estupendo micro. ¡cuántos están en una cadena de montaje!

Sandra Montelpare dijo...

Hola, Arturo. Gracias por pasar también por acá. Sos muy generoso. Busqué en google a Asimo (vivo adentro de un tupper). Voy a prepararme un disfraz de esos. Nunca se sabe si podemos ser el próximo. Somos extremadamente prescindibles...
Gracias por tus lecturas allí y acá.

Hola, Andrea.
Las condiciones laborales de hoy sólo me dejan decir "Dichosos los que pueden zafar de ser un eslabón más".
Gracias por leer.

Un abrazo grande va para los dos.

Nedda González Núñez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Amé esta entrada<3

Sandra Montelpare dijo...

¡Gracias por la lectura! ¡Saludos van!

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.