Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

domingo, 22 de julio de 2012

El caso Bukowski

El reloj marcaba las tres en punto de la madrugada cuando una llamada telefónica en la comisaría de policía alertó de lo que parecía un nuevo asesinato en las calles de Madrid. El cadáver, como los otros siete anteriores, no presentaba signo de violencia y presumiblemente de nuevo había sido envenenado. En su boca, adherida con un trozo de celo, una tarjeta de un bar de la capital de España llamado Bukowski, cerraba cualquier oportunidad de entrada de aire en los pulmones de la víctima. En el dorso de la misma se anunciaba una promoción de dos cócteles por uno aquella noche, concretamente si escogías el llamado coctel Vodka 7. La alarma iba en aumento a la par que las pérdidas económicas para el propietario del establecimiento. En el lugar de los hechos los agentes secretos del centro nacional de inteligencia recopilaban con esmero posibles pistas que permitieran aclarar algo del caso y salir del callejón sin salida donde se encontraban. Después de la séptima noche, del séptimo asesinato, tan sólo tenían claro que los cócteles masculinos conllevaban un cadáver de un hombre y viceversa. Y algo más inquietante: la lista de cócteles del bar Bukowski contenía 100 variedades distintas.

4 comentarios:

Jose dijo...

Pese a lo trágico, me ha hecho sonreir al final. Muy bueno.
Un saludo

@arena_infinita

Yashira dijo...

Uf David pues entonces la policía tendría mucho trabajo y el bar cada vez menos claro.
Un buen relato lleno de misterio, parece un guión para una película de cine negro.

Saludos.

Juan Esteban Bassagaisteguy dijo...

Qué buen final. Inesperado.
Saludos.

CYBRGHOST dijo...

Me chirría un poco lo de los agentes del Centro Nacional de Inteligencia - Madrid. Por el resto es estupendo.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.