Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

viernes, 12 de agosto de 2011

El superhéroe


Desde la primera viñeta, miró de reojo y descubrió el rostro emocionado del niño leyendo el cómic que tenía entre las manos. No, no podía permitirse el defraudarle, no a él.
Salvó ciudades, peleó contra todo tipo de villanos, liberó inocentes y víctimas, fue herido y se sobrepuso al dolor. Así, empleándose a fondo, avanzó página tras página hasta llegar a la última, la que tenía la viñeta más grande, desde la que vio la satisfacción de su lector hecha realidad en una sonrisa que llenaba su cara.
Llegado ese momento, con tristeza, sintió como si se congelase. El niño cerraba el tebeo y el cielo de papel se venía abajo, hasta que el pequeño, su superhéroe, volviese a abrirlo y obrase el milagro de que su mundo echase de nuevo a andar.

17 comentarios:

Rosa dijo...

Los ojos del lector dan vida a las historias...Sin lectores están muertas.

Besos desde el aire

montse dijo...

El niño es su superhéroe, en realidad.

Javier Ximens dijo...

Qué bien. Cuántas veces me he preguntado si los personajes crecen bajo la mirada de los lectores

Luisa Hurtado González dijo...

Para mí, los escritores los dibujan, dan información de los personajes pero... sólo les puede hacer vivir el lector, de hecho, creo que si viven lo hacen dentro de él, en su imaginacion.
El resto son datos, palabras, papel.
Gracias por los comentarios, Luisa.

José Antonio del Pozo dijo...

Genial, Luisa, la idea de que el superhéroe mire al niño y vele por su emoción, como de toy story, y la tristeza del superhéroe nos llega también físicamente. Mi humilde felicitación.
Saludos blogueros

Javier Domingo dijo...

He aquí la magia de los libros

Un saludo,

Claudia Tubilla dijo...

Bonitos recuerdos cuando los superhéroes eran a los que íbamos a imitar

Lucas Fulgi dijo...

Muy bueno...
:)

El Eskimal dijo...

Los personajes son reinventados por los lectores. Así, el superhéroe es sus aventuras cuando alguien lo lee.

Miss Migas dijo...

Qué mágico, eso es lo que tienen los microrrelatos de bello, su fugacidad.

Besos

Luis Nieto del Valle dijo...

¡Ah, los tebeos! ¡Qué pena que me suenen más a mi niñez, y no a la de los niños de ahora!. Tuve esa suerte: de los tebeos del Capitán Trueno y de Mortadelo y etc, pasé a los cómics de Spiderman y etc, y luego de cabeza en 'Crimen y castigo' y literatura adulta con 16 años. Y no desprecio los medios actuales en coherencia con la tecnología (para los que he tenido tiempo de ponerme al día), pero NO fomentan la lectura como entonces, quizá porque, los tebeos y el cine, era lo único que teníamos.
Un abrazo, Luisa

César Socorro dijo...

El niño entre viñetas heroicas es la razón de la existencia del personaje. Gracias por rememorar aquellas lecturas de infancia.

Unknown dijo...

Lindo, muy lindo...
Cuando leo mi libro favorito, comienzo feliz, a la mitad ya comienzo a extrañarlo y al final me despido con lágrimas ;).

Mar Horno dijo...

Estoy de acuerdo con Luis. Cuando he leído el micro me ha entrado una nostalgia... Esas tardes de verano leyendo tebeos, intercambiando con amigos, ese mundo divertido, de aventuras, que nos acercaron a los libros. Yo todavía los compro y los leo. Me divierto como una niña.
Pienso que niño y personaje son superhéroes por igual. Un beso Luisa.

Unknown dijo...

El problema del super héroe era que se negaba a creer en la reencarnación, a pesar de tantas resurecciones.

puri.menaya dijo...

Luisa, lo leí en tu blog y me encantó. No hay nada como la sonrisa de un niño cuando lee un tebeo o un libro. Y los niños en esta época son los auténticos superhéreos que hacen posibles todas esas aventuras, a pesar de los videojuegos y de la televisión.
Besos

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Me encanta este relato de un héroe tan comprometido con una causa tan simple y a la vez tan importante.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.