Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

domingo, 3 de agosto de 2014

BRONCEADO.

Algunas acostumbran broncearse al sol, otras al rayo infrarrojo.
No así ésta rebanada de pan. A ella le gustaba hacerlo en un tostador y que luego le untásen mantequilla. Hasta el instante narrado la rebanada está en un paraíso.
Pero de ahí en adelante la vida de éste pan se torna infernal y muere a dentelladas.
Y evito los detalles fecales en que concluye por si están desayunando.

10 comentarios:

Recomenzar dijo...

sonrio mientras te leo
me gusta lo que escribes

Unknown dijo...

RECOMENZAR, buen seudónimo pues a menos de haberlo logrado todo, la pasamos recomenzando, digo los más sanos de la escalera.
Gracias por visitar y opinar acerca de ésta fabulita que antropomorfiza al pan tostado.
Abrax.

Deli Ruiz dijo...

Ay Carlos! Me ha encantado, rey del Microrrelatista!!! Un beso.

Doctor Krapp dijo...

No sé si será peor el calor infernal del tostador o las humedades devoradores de una boca hambrienta y mañanera. En cualquier caso, gracias por hacernos poner en el pellejo untuoso de una tostada común.
Un abrazo, Carlos

Unknown dijo...

Gracias Zuni pero soy un mero aprendiz, de ser el rey de algo ya hubiése captado la atención mundial.
Mientras esto no se dé hay que mejorar o soportar el anonimato que nos aplasta.
Besimismante, BESOS.

Unknown dijo...

Doctor así aparecen los cuentitos cuando los objetos cobran vida similar a la nuestra.
Existe una teoría de que todo tipo de materia respira. Me pregunto si también piensa.

Josefa dijo...

JaJaja. He reido leyendo tu corto relato. Soy aficionada a ellos.
Un beso.

Margary Gamboa dijo...

El bronceador con sabor a mango le da un cierto toque exótico y queda muy sabroso jajajaja

Anónimo dijo...

jajajaja!!!
Mejor evitar el final :D

Un gusto conocer tu espacio.
Me acomodo por aquí :)
Buen domingo!

Anónimo dijo...

(No el final-destino, si no el final descriptivo jajaja!!)

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.