Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

domingo, 21 de octubre de 2012

ORBE

Con un alfiler picoteas la cima del huevo hasta dejarle un boquete de la talla de una uva. Lo vacías y enjuagas. Cuando el cascarón está seco pintas el cielo interior del orbe con un tono de atardecer otoñal. Usando el pincel más delgado rasgas algunas nubes y un sol muriente rojo  Zitarrosa, "¿Cómo se puede amarte sin testigos?". A lo largo de la base viertes medio centímetro de cera. Antes de que ésta seque por completo le encajas las miniaturas de migajón pintado, siguiendo de perfecta memoria el diseño real de la Alameda; a la izquierda los árboles, en el centro el kiosco galería, a la derecha la Avenida Guillermo Prieto, y unos novios en la banca de jardín. Miras por el boquete para contemplar otro cachito del terruño que está listo para el aparador de souvenirs. Lo empacas precavidamente, buscas el bolso, las llaves, algo falla, no traes pintalabios ni tacones. Podrías toparte con él a la vuelta de la esquina, -esta ciudad no es bastante grande para los dos. Te ves en el espejo demacrada y renuncias al exterior. Conservas la pieza para ti. Ya tienes doce.

7 comentarios:

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Ay los miedos y las inseguridades.

Dyhego dijo...

ingeniso

Unknown dijo...

Fabulosa mirada a la mente femenina. Super final. Bravo.

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Fabulosa historia.
Es la primera vez que vengo, pero si me lopermites, vendré más asiduamente.
Saludos.

Andrea Vinci dijo...

Bonito texto

Anónimo dijo...

Gracias chicos, después de leerlo me sentí a veces un poco encerrada en un cascaron, creando pequeños mundos ficticios mientras me perdía mi propio cuento.¡Que eso no nos suceda, por favor! Un abrazo.

josé manuel ortiz soto dijo...

Yun, buen viaje. El final, buen giro.
Un abrazo.
(Te dejo mi correo, para la antología virtual manolortizs@msn.com)

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.