Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

domingo, 5 de agosto de 2012

Delirios de grandeza


La hormiga rebelde abandonó la fila justo antes de que un pisotón acabara con todas las demás. Desconcertada, pero feliz, emprendió el camino hacia un lugar nuevo, en el que ella sería la reina.

12 comentarios:

Cabopá dijo...

Muy bueno MJ.
A veces hay que cambiar de camino y ser por lo menos princesa...
Besicos salados.

Unknown dijo...

Creo que más bien debe celebrar haberse alejado del sendero de la muerte.
Y llevar tu propio camino con libertad es mejor que ser un rey.

Patricia dijo...

No sé como llegue hasta aquí pero me alegra haberlo hecho, con tu permiso me quedo.

En cuanto a esta hormiga creo que mejor se cuida la muerte le anda siguiendo.
Cariños.....

Yashira dijo...

Muy bueno MJ nada como ser rebelde para cambiar el rumbo de las cosas, unas veces para bien y otras para mal, pero siempre según la propia decisión, que no te equivoquen los demás.

Besos y estupendo relato.

Sandra Montelpare dijo...

Se alejó de la muerte justo a tiempo. Ahora a sus delirios de grandeza le sumará su buena estrella. No la para nadie.
Me gustó, MJ! Saludos van

María dijo...

Descubro tu blog, y me gusta el microrelato que has compartido.

La hormiga rebelde se rebeló e hizo bien en no dejarse aplastar.

Un beso.

X dijo...

Si siempre sigues un camino marcado, nunca llegarás donde nadie ha llegado... la hormiga se lo sabía. :-)

MJ dijo...

Celebro que os haya gustado.
Gracias por vuestros comentarios.

Abrazos.

Maruja dijo...

Gracias por dejar tu huella en mi blogs.
Feliz semana.

peyote dijo...

Siempre lo he dicho es mejor ser cabeza de ratón que cola de león.
Gracias por la visita.
Saludos
Viaje [x] la colgadera.

Ayelén dijo...

Muy buen relato. A veces hay que arriesgarse y evitar la corriente para buscar destinos mejores.
Un beso.

Rosa dijo...

Jejejejej :)

Besos desde el aire

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.