Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

jueves, 10 de mayo de 2012

Los del barrio


Al gordo Ramirez lo conozco desde que eramos chicos, del barrio. Así como lo ves ahora, no te imaginás lo pelotudo que era, un mariconcito, un nene de mamá. Se calentaba porque siempre lo mandábamos al arco. Y qué quería, si no servía para nada. Si le hacías un caño o lo empujabas un poco se largaba a llorar. Después teníamos que aguantarnos a la madre, gritando como loca. La verdad es que nos gustaba hacerlo moquear. Ponía una cara rara, tratando de tragarse las lágrimas y mantener la dignidad, que era un show. La joda que más nos gustaba era decirle que la hermana se encamaba con el almacenero. Se ponía como loco. Já, me acuerdo cuando le bajamos los pantalones adelante de la negrita que vivía en la esquina; estaba loco por la negrita. Era re divertido el gordo. Después pegó el estirón, nos sacó una cabeza a todos y adelgazó, pero para nosotros siguió siendo el gordo Ramirez.
Ayer lo ví en el barrio. Había ido a visitar a la vieja. Me dijo Cucho que trabajaba en esta empresa, que era gerente o algo así y se me ocurrió venir a visitarlo, a ver si me puede dar una manito porque ando sin laburo. Por los buenos tiempos, viste.


¿Estás segura que te dijo que no conocía a ningún Ricardo Sandoval? Volvele a preguntar, dale. Sandoval, del barrio, decile.


Malena
www.yuyodelsuburbio.blogspot.com

6 comentarios:

Arturo dijo...

Malena:
Muy bueno. Una historia de vivos y zonzos, ¿los identificaste bien?
¿Te puedo ayudar?
Me encantó, es una observación aguda del típico argentino de medio pelo.
¡Cómo no me va a gustar, si es el tipo de historias que se me ocurre volcar en la inentendible memoria digital.
Mis felicitaciones.
Un vivo saludo.

Sara Lew dijo...

Muy bueno, Malena. Como la vida misma...
Un saludo.

Mei Morán dijo...

Me ha gustado mucho. La descripción d la crueldad infantil y el oportunismo del adulto.
Un saludo

Unknown dijo...

uN PLATO DE REALISMO FRESCO SERVIDO EN CRUDO. ESPLÉNDIDO RELATO.

Yashira dijo...

Me gustó tu relato Malena, qué crueles los chicos y que oportunista el adulto, ya le vale...

Un saludo desde mi mar,

Juan Esteban Bassagaisteguy dijo...

Fantástico.
Como decía un gran sabio (mi querido viejo), "no hay que afligirse de las cosas que tienen revancha" :).
Me encantó. Muy, muy bueno.
Saludos.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.