Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

lunes, 28 de febrero de 2011

REENCARNACIÓN

Cuando yo era niño, mi padre era Dios. Durante la adolescencia, un demonio. En la madurez, una persona con defectos y manías que no quería heredar. Hace años que murió y noto cómo él crece dentro de mí por ese dedo meñique que se me atrofió, por la incipiente calvicie y porque me sorprendo echando migas de pan en el café del desayuno. Siento que pronto tendrá el control absoluto.

16 comentarios:

Sandra Montelpare dijo...

excelente Lola esos detalles que revelan el adn...

Luisa Hurtado González dijo...

Qué de verdad es este micro. Cómo nos parecemos a nuestros padres en todo: gestos, manías y defectos,
¡Y qué sorpresa descubrir que hacemos lo mismo que ellos, del mismo modo, lo que hemos criticado siempre!
Y qué bien contado, de qué forma tan simple.
Un beso, sólo eso y nada más.

Alma naif dijo...

Me sentí muy identificada con este post.
Quizás porque en mi infancia y en mi adolescencia, creo que habitaba junto a un demonio, lamento decir esto, pero fue una persona que daño mi vida y es el dia de hoy que pago las consecuencias.
Espero que no se repita la historia... no quiero tener nada de el que me haga recordarlo.
Besos directos a tu alma!!!
Y un beso enorme a Tonet que llegue hasta aca por el...
No se si es su blog o no ... pero siempre esta presente en mi casa y eso lo agradezco tanto!!!
Besos nuevamente directos al alma!!!

Lola Sanabria dijo...

Sandra, Luisa, Alma, muchas gracias por vuestros comentarios. Me alegro mucho de que os sintiérais identificadas. Es cierto, queremos no parecernos, y sin embargo nos parecemos cada vez más conforme nos hacemos mayores.

Besos a repartir.

Unknown dijo...

Me has emocionado Lola, quedé frente a la pantalla asimilándolo.
Así es esta marea humana. Nuestros padres decrecen y vuelven a crecer. Hasta que somos ellos, tanto en la vida como en la muerte.

Un fortísimo abrazo

Rocío Romero dijo...

Lo has descrito de fábula. Yo hasta las migas del café iba de tu mano, plenamente de acuerdo... pero decir que "pronto tendrá el control absoluto" convierte el texto en una pequeña historia de terror. Estupendo Lola.
Besos

R.A. dijo...

De acuerdo con lo que dice Ro, el giro final agobia y estremece...

Besos

Unknown dijo...

Como historia tiene un cierre de círculo completo.
Como conclusión depende de uno dar diferentes cauces al destino propio.
Por mucho que hayamos sido afectados en algún momento debemos asumir nuestra auto determinación y ejercer nuestra voluntad para tomar el mando de nuestra propia vida, y hay que recordar que nadie es totalmente culpable, siempre han existido las circunstancias del momento dado.

Lola Sanabria dijo...

Patricia, Rocío, Rosana, Carlos, me alegro de que os haya dicho algo el micro. Muchas gracias por comentar.

Besos triples.

Caboclo dijo...

Cuando era el niño-dios, en Moguer, ese pueblo... Creo que así empezaba el poema de Juan Ramón al que me ha recordado el arranque de tu texto. Después, como es lógico, camina por otros derroteros para atrapar al lector en el fluir del tiempo. Muy bien.
Saludos.

Gemma dijo...

Muy acertado. Da pánico verse en ese espejo de pronto si la transformación ya tuvo lugar...
Abrazos

Sucede dijo...

Lola, buenísimo!
nada más que decir, salvo que de tal palo tal astilla... aunque es un alivio que no siempre sea así...

un abrazo!

Que no me canso de ser

Tonet dijo...

Fantástico¡¡¡¡

Es maravilloso como me llevas hasta el final...

Un abrazo

Nel Morán dijo...

Precioso. Suave avance que se hace futuro del pasado. Lo he leído más de una vez para disfrutarlo.

Blogsaludos

Anita Dinamita dijo...

Muy bueno, Lola, a veces nos da miedo lo que nos parecemos a nuestra madre y padre, como se adueñan de nosotr@s.
Un abrazo

Lola Sanabria dijo...

Caboclo,Gemma, Sucede, Tonet, Adivín Serafín, Anita. Muchísimas gracias a todos por vuestros comentarios.

Besos a repartir.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.