Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

miércoles, 9 de febrero de 2011

A Cinco Mil Metros, más o menos…

Todo el mundo sabe que en el océano, a cinco mil metros, no hay nada. Bueno, algo hay... dicen: Detritus y una variedad de lombrices carroñeras. Luego, ¿merece la pena bajar a estudiar semejantes parásitos?
Desde el principio fui reticente, pero a Carlos le interesaban.
— “¡Seguro! Podrán ser útiles para otros fines.” Dijo mirándome esquivo.
Además de ser un océanologo de prestigio, era el director del Proyecto y tenía a su disposición el batiscafo.
Excepto los potentes focos del artefacto la oscuridad era absoluta, y me sentía atrapado en un pozo denso y viscoso.
En un par de horas estuvimos a ras del fondo y comenzamos la búsqueda. No tardamos en descubrirlos; devoraban los restos de un cetáceo.
Utilizando las pinzas Carlos atrapó un espécimen, mediría tres metros. A continuación, manejándolas con habilidad, la ensartó en un anzuelo unido a un sedal de calibre y apagó los focos.
Ascendimos, nos situamos a unos cuatro mil quinientos y aguardamos la... ¡sacudida! Algo poderoso acababa de morder el señuelo.
Tras cerca de una hora de pugna, encendió los focos a toda potencia y lo que presencié me dejó de una pieza. Exhausta y derrotada, una mujer de cabellos rojos y articulados en forma de astas de coral, senos de leche, y ojos níveos como esferas brillantes, era arrastrada hacia las pinzas.
Carlos me miró feliz. Estaba eufórico. Prorrumpió en risotadas. Con los ojos fuera de las órbitas, vociferó.
— ¿¡Qué te parece!? Es hermosa ¿no? Y mirándome con prepotencia, añadió.
— Es una Sirena Abisal. La pondré en la pared del salón, junto a la colección de mariposas exóticas. ¡Quedará estupenda...!

267 Palabras.

Moderato_dos_josef




8 comentarios:

Sandra Montelpare dijo...

me encantó Moderato_dos_josef! esos dos adjetivos exhausta y derrotada contrastan perfectamente con el cierre. Cómo me gustó!!!!

Unknown dijo...

Moderato. Es un cuento fabuloso. Pero én su lugar yo guardaba a la sirena en la piscina, de perdida en la tina.

artistalight dijo...

Excelente relato, me gustó mucho.

josef dijo...

Hola. Soy nuevo ne este blog y agradezco sinceramente los comentarios. Sobre todo me encanta que la idea de coleccionar sirenas os haya gustado. Claro que hay quien las prefiere para sí.
Un abrazo.

HÉCTOR LUIS RIVERO LÓPEZ dijo...

Humanos al fin en nuestra prepotencia egoísta, lo queremos poseer todo...triste...¿Cómo se sentiría que fuera al revés, que sea la sirena que pesque al hombre y lo ensalte en las profundides del mar para simple decoro. Muy bueno tu micro, expectante. Un abrazo.

Mónica Ortelli dijo...

Pero qué manía con lo de coleccionar...!Eso es muy de naturalista del siglo diecinueve y aún perdura. Me encantó la idea y me encantó la descripción del sirénido.
Saludos!

Unknown dijo...

Si siempre la vamos a jorobar en donde nadie nos llama..
Bicos grandotes.

kaisu marjatta dijo...

interesantes. Fue emocionante caminar contigo un gran momento. No he experimentado, que ahora vive imagen mental y por lo tanto la mente a través de los ojos ..

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.