El martes estuve con Ángel. Paseamos por la Casa de Campo. El paisaje era un poco deprimente, con los patos flotando sobre el lago de aguas turbias. Con las primeras putas que comenzaban a aparecer. Y el frío. Como el que había entre ambos.
No quise hacerle daño. Me lo he repetido tantas veces. Sin embargo, allí paseando entre los árboles desnudos con el viento de Madrid cortándome la cara, me pregunté por primera vez si a quien hice daño fue a mí misma.
Me pregunto si cuando pasen los años seguiremos viéndonos. Probablemente no. Casi puedo verlo perfectamente: casado, con un niño o dos quizás, mientras yo sigo sola. Y tal vez un día nos encontremos. Y hablaremos de cosas banales dejando de lado todas aquellas que de veras queremos preguntarnos. Y después de todo, seguiremos siendo ambos los mismos desconocidos que se cruzaron un momento antes. Volveremos a nuestras casas con un nuevo vacío en el corazón porque nos daremos cuenta de que el otro ha muerto hace muchos años, justo una fría tarde de invierno en Madrid, paseando entre los árboles grises de la Casa de Campo, mirando a las putas madrugadoras que se cruzan en su camino.
Palabras preci(o)sas
6 comentarios:
Es inevitable hacer especulaciones sobre el futuro: cómo estarás tu, cómo estaré yo,... pero afortunadamente la vida sorprende siempre.
Con esto no quiero decir que tu micro no me guste, al contrario, habla de un momento muy nuestro que después la vida trastoca en un instante y está bien descrito.
Un beso.
Tremendo Sara!
has creado un ambiente triste, deprimente y sofocado, en el que nada importa que tengamos la certeza de que al final nos daremos cuenta del trágico final...
Muy bueno!
Un saludo!
Que no me canso de ser
La soledad siempre suele ir acompañada de amigos que tristemente se alejan cada vez que te ven.
Una prosa potentísima, que se permite el lujo de adelantar el final desde las primeras líneas puesto que confía en el embrujo de su decir.
Me ha encantado Sara
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. Me alegro de que os haya gustado.
No me atrevía a poner este texto porque es de estilo un tanto intimista, que no siempre llega fácilmente. Pero yo personalmente le tengo mucho cariño. Es uno de mis "hijos" favoritos y no quería dejar de compartirlo con vosotros.
Besitos a todos
Como la vida misma, oiga.
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