Decían que Elvis, el rey del rock, vivía en el segundo tercera. En el bloque todos lo sabíamos, aunque es cierto que nadie lo había visto nunca en persona. Elvis, apenas salía de casa. Tampoco recibía visitas, ni acudía a las reuniones de vecinos y menos aún subía al terrado a tender la ropa. Pero ninguno de nosotros dudaba que detrás de Hilario Fernández García, el nombre que figuraba en el buzón, se escondía el famoso autor de Tutti Frutti. Y todos, quién más, quién menos, habíamos soñado alguna vez con abrir el ascensor y encontrárnoslo dentro. Quizás por ello, el día que se lo llevaron metido en una bolsa de plástico fue uno de los más tristes de nuestras vidas. Desde entonces tuvimos que hacernos a la idea que Elvis, el rey del rock, había muerto para siempre.
Agustín Martínez Valderrama
7 comentarios:
Elvis fué uno de los artistas que más revolucionó la evolución del rock y aunque interpretó genialmente la versión que grabó de Tutti frutti, el autor de ésta pieza fué Little Richard.
No lo digo como crítica a tu relato homenaje sino meramente te ofrezco una opción de exactitud con la palabra intérprete en lugar de autor.
Agus, me sigue pareciendo sencillamente genial este relato de vecinos y mitos. Un beso.
Carlos, tienes toda la razón. Ya en su día, me señaló este aspecto Jesus Esnaola. Pero preferí dejarlo así, porque el narrador es un vecino y seguramente este dato técnico él - como muchos - tampoco lo sabría. Creo que da más verosimilitud a la historia.
Maite, gracias, como siempre. Besos
Me encanta, quien no ha especulado con la vida de sus vecinos...
Abrazos
Otra versión, posible ¿por qué no? de los últimos días del rey del rock.
Ok, perfecto.
Un abrazo.
Comprendido.
Bonita forma de mantener a un fantasma vivo.
Bicos.
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