Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

sábado, 29 de enero de 2011

EL PACTO

Y el pacto se cumplió a la edad de mis 88 años, ella volvió con la misma que cuando la vi por primera vez, fue mi primer amor y ella será la que con lágrimas en los ojos pondrá el fin a mi vida.
Tenía el mismo pelo greñudo y rojo que de costumbre, el mismo lunar, la misma sonrisa y los mismos ojos apagados que me cautivaron. Me asombré que ella, fuera tan pequeña, pero la juventud te da una visión que la vejez ya no tiene.
Sentado en mi silla, la oí entrar, con esa figura no cambiante, los años no le habían hecho nada, pero durante el rato que pasamos ella me explicó todo lo que vio en el mundo, su visión había cambiado, se había vuelto extraña, su mente era mas vieja, más sabia, pero más fría. Estaba cansada, y si no hubiera sido por aquel pacto. Hace tiempo que hubiera dejado que los rayos del sol la convirtieran en polvo.
Esa última noche, al final fue la última de los dos, en ella reímos, lloramos, cantamos... Quizás por eso, ella abrió aquel corazón que dejó de palpitar hace muchos siglos.
Al llegar la aurora, sonrió, los dos supimos que era el fin así que sólo terminó la noche. Terminó con lo que hace mas de 70 años juramos, me mordió hasta que la última gota de mi sangre, fue libada por ella, fue tan dulce como decía, o quizás era por la implicación del momento. Y cuando un rayo de sol entró ella besó mi pronto cadáver que sonrió despacio y desapareció convertida en lo que desde hace tiempo deseaba... polvo.
Así terminó una vida de cientos de años, con un simple mordisco un simple beso una simple noche una simple mirada, una simple sonrisa.
Los dos convertidos en polvo. Quizás más pronto más tarde, esperaba que la puediera volver a ver. Esperaba poder volver a ver aquella sonrisa.

1 comentario:

artistalight dijo...

A mi me parece una historia de amor muy bonita :) aunque nos deje hechos polvo.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.