-A veces me siento tan desgraciado, cuando sólo mis ojos pueden comprender tu belleza.
Eso es lo que únicamente pude articular al verla. Aquellos enormes ojos negros, mirándome sin parpadear, podía ver tras ellos el frío helador de su alma, transmutada en aquel paisaje desértico y helado; con el sol sin querer morir durante todo el día.
Hasta mi mente jugaba con ello.
En ese mundo, mi imagen reflejada pasaba de la imagen de Smila hasta un enorme oso blanco, alzado, rugiendo protegiendo a una pequeña cría.
Pero sabía que sólo tras sus labios tenia mi nombre grabado. Y en ese momento, decidí hacerme presa, si tenía que morir a manos de su boca, de un zarpazo de aquel oso. Lo haría.
Sólo quería volver a sentirla de nuevo... Y la besé con premura. Antes que mi cabeza me sacara de la ensoñación, antes que mi corazón dejara de gritar...
3 comentarios:
Enhorabuena, me ha traspasado el frío de su alma.
Un saludo.
Me desoló la decisión del protagonista de suicidarse por medio del oso.
La vida no se entrega si uno puede evitarlo.
Ante las fieras debe uno permanecer quieto y emanando buena vibra.
El animal siente la agresión y también el miedo'.
Las cosas que se hacen por amor :) Muy bonito y poético.
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