La bala, en la sien. Sin salida. Los puños, cerrados. Sin entrada.
Consigo finalmente abrirte uno tras desencajar cada uno de tus dedos, se me quiebra alguno. Un papel arrugado, Teresa. En el otro, la rabia dibuja cinco pequeñas hendiduras rojas en la palma.
Ha sido ella, estoy seguro, aunque todos los indicios apunten a tu suicidio. Es tu pistola, sí, pero no hay huellas.
Ha sido ella: Mira sus ojos, lágrimas de una en una, de ojo en ojo, rítmicas. Mira su boca, esa mueca que está negando al llanto.
De repente, la bala sale disparada de tu otra sien y se incrusta vengadora en su corazón. Fluye toda la sangre. Cesan todas las lágrimas.
6 comentarios:
Me ha encantado Isabel!!!
Original, impecable.
Qué placer leerte.
Un abrazo
Has logrado parar el tiempo mientras los sentimientos quedan retenidos con él en un instante.
Me ha gustado.
Un abrazo
Sorprende. Lo bueno de la literatura es que puede poner las cosas en su sitio, con la revancha de un muerto o los poderes de un vengador. Me gustó.
Gran disparo metafórico.
Bravo.
Estupendo sí. Me ha gustado mucho el ritmo, en pequeños golpes, como de latidos.
Enhorabuena Isabel.
Abrazos,
Rocío
Gracias a todos amigos. Nos leemos por aquí. Un abrazote.
Publicar un comentario