Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

viernes, 21 de octubre de 2011

Un buen vecino

Mi vecina del primero se pasa el día llorando, es fácil oír sus llantos por todo el edificio. La chica del segundo, a sus veinte años, está embarazada y se siente sola. María la del tercero, hace tiempo que no sale a la calle y en su casa se escucha perfectamente el silencio. Gloria, la que era mi amiga y vecina de rellano, me huye y he oído que ha intentado suicidarse un par de veces. Teresa, que enviudó hace dos años, está más triste ahora que cuando murió su marido. Lola, que era una gran doctora, ha caído en la depresión y se receta calmantes que la tienen fuera de sí. Rosa, mi vecina de arriba, no soporta a sus hijos, que antes eran su sentido de la vida, y piensa donárselos a su exmarido. Clara, la vecina del sexto, hace dos días que se le ha visto en actitudes cariñosas con una amiga, precisamente ella, que es tan guapa y que tantos hombres han pasado por su cama. Paco, el vecino del séptimo, se pasa el día sentado junto a la ventana, sujetando con la mano una corbata de hombre que me resulta familiar. La Señora Carmen, la vecina del octavo, ha dejado de arreglarse y le visitan jóvenes de mala reputación que le suministran su dosis diaria de cocaína para aislarse del mundo. Y yo, lloré cuando se fue, lo reconozco, y ahora me siento desgraciada, engañada y humillada, pero en mí todo esto se comprende, porque era mi marido.

17 comentarios:

A.Torrante dijo...

Otro día en el paraíso, no? La de cajitas de Rivotril que habrá...

Alfonso Carabias dijo...

¡¡Vaya comunidad de vecinas!!

Saludos.

Ely dijo...

Que interesante post, me gusto :)
Saludillos.

Paloma Hidalgo dijo...

Me alegro de que se fuera el prenda ese, menuda joya, de marido sobre todo. No le estaría mal conocer a la vecina de mis padres, es la horma de su zapato.

Abrazos

Rosa dijo...

Jajaja Nicolás menos mal que yo vivo en una casa...Menuda comunidad, no le vendria mal unas gotitas de Risperdal para calmar tan malos aires...

Besos desde el aire

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Excelente justificación del lamento propio y mejor desprecio del ajeno.

Eterno tú sí pero yo más encapsulado en un micro fantástico, Nicolás.

Enhorabuena.

Un abrazo.

omar enletrasarte dijo...

En medio de tanto drama, era esperable uno más, el tuyo.
Buen relato, lo disfruté.
saludos

Miguel Ángel Pegarz dijo...

La vida da Clara, si no, no se salva una.

Javier Ximens dijo...

Una excelente reunión de vecinos. Me gusta, y por buscar la clave oculta, para mi está en esa corbata que le resulta conocida y que tiene Paco el del séptimo. Hoy día los amores y la vida es más Tiovivo que nunca. Buen trabajo, Nicolás.

Elysa dijo...

Jajaja, pues sí, parece que era buen vecino...

Muy bueno

Besitos

Laira dijo...

Un vecindario que compartió el mismo hombre.
Muy bueno, vas comprendiendo poco a poco el texto y el final es brutal.
1 besazo.
PD: me alegro de no vivir en un vecindario así.

MA dijo...

¿Y murió el pobre hombre?, ¡con la capacidad de "hacer feliz" que tenía!. Siempre mueren los mejores.

ESPERANZA dijo...

Seguro que todas estas historiass encajan en cualquiera de las Comunidades de hoy en día. Como dice una amiga mía "La peña está fatal".

Me ha gustado el relato, el detalle de la corbata: brillante.

Un abrazo, Escritor.

Puck dijo...

jaja lo dicho, un buen vecino
saludillos

XAVIER BLANCO dijo...

Nicolás, me encanta leerte también aquí. Esta comunidad es como la vida misma, una casa de locos, de dementas, de putadas que te hace la existencia. Esa corbata...buen detalle.
Un abrazo

Ana Crespo Tudela dijo...

¿Y tenía tiempo para tod@s? No sé si era un canalla o se merecía un monumento frente al portal.
Genial, Nico

Anónimo dijo...

Qué malavibra la del edificio. De todos no se hace uno, pero si ella aún tiene ánimo de chismorrearnos será que no está tan mal.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.