Cuando se conocieron por teléfono, ella era Azul Marino y él Rojo Bermellón. Algo en sus voces los atrajo con la fuerza del imán, así que se las arreglaron para encontrarse. A ella le pareció que para una primera cita el Azul Marino era muy formal, por lo que decidió maquillar su esencia de Turquesa Veneciana. Él también sintió que su color no era el adecuado, que era demasiado llamativo, venía de una familia típicamente Bermellón, lo mejor sería atenuar un poco sus raíces para una primera salida, su opción fue el Rojo Victoriano. Cuando se encontraron, no se reconocieron, pero les pareció que valía la pena probar una vez más. Ella estuvo toda la semana dándose prolongados baños de amarillo hasta que logró un Verde Tritón; la elección de él fue menos acertada, a las apuradas se disfrazó de Naranja Fiesta. Hablaron bastante aquella segunda noche, pero no terminaron de entenderse. Habría una tercera oportunidad, lo mejor para ambos sería cambiar por completo. Ella probó con Caqui Dorado y él con un suntuoso Violeta Palacio. Fue otro fracaso, tenían la sensación de que no eran los mismos, de que, tal vez, se hubieran equivocado y que aquella primera impresión hubiese sido errada. El sábado irían al teatro, sabían que era la última oportunidad, la jugada de ambos debía ser genial. Sin dudarlo, ella aderezó su espíritu de Rojo Bermellón y él de Azul Marino. Al verse así en espejo, no pudieron pronunciar una palabra, tan sólo se rieron y se abrazaron, enterados de que el Destino es una trampa asíntota.
Después de un tiempo -y olvidados ya de sus diferencias-, se fueron a vivir juntos. Ahora tienen un hijo, es de un tono indefinido, muy parecido al que se consigue cuando se mezclan pinturas de diferentes colores.
20 comentarios:
Predestinados.
¿Existe eso?
Me gusta esta paleta de colores. La moraleja está clara: solo cuando nos vestimos para la pareja nos enamoramos. Es decir, cuando sintonizamos con sus gustos y opiniones, anhelos y esperanzas, respetando las contrarias. Y si no lo he entendido, Humberto, tampoco importa pues es lo que me has transmitido.
Hoy me encuentro más cómodo entre blancos y negros, estoy muy binario, y dicen que los cordobeses básicamente se mueven con tres colores: amarillo paaatito, verde boootella y negro culeau!
Los polos opuestos de desean, siempre es mejor ser tu propio color, ser tu mismo..
Me ha encantado,¿qué haces tu que no me guste a mi?
1 besaco.
Tiene por mensaje: "no finjas ni intentes ser quien no eres"
Excelente Humberto!!
un abrazo para vos
Un repaso concienzudo a la paleta, y a los sentimientos, esos que nos encasillan a veces en el lugar equivocado. Lo que lamento es lo del niño, en principio "la genética colorista" debía haberle otorgado un precioso violeta, de genciana por ejemplo. Los niños, que siempre terminan pagando los platos rotos de los padres.
Saludos
Carlos: Se podría decir que lo que está predestinado es difícil de modificar.
Montse: En mi imaginación parece que existe.
Ximens: Lo has entendido perfectamente.
A. Torrante: ¿Qué podía esperar de usted, no me diga que es cordobés?
Laira: Eres muy bondadosa con tus palabras, aquí, allá y más allá.
Omar: Es la idea, pero siempre estamos fingiendo un poco para tener aceptación.
Paloma: Hago mío ese violeta que propones y tienes razón, los hijos reciben esa mezcla genética que heredan de los padres.
Un abrazo.
Humberto, no es bueno disfrazarse de lo que uno no es cuando se trata de conquistar a alguien, pues se corre el riesgo que no guste o que el tiempo te acabe por descubrir. Me ha gustado mucho este micro que muestra esto.
Un abrazo.
Un relato muy profundo, Humberto, de esos a los que nos tienes acostumbrado en tu blog. Te dejo un beso.
Sabri!!
Por lo menos, el niño, no tendrá problemas, con su color indefinido, podrá ser lo que quiera.
Un abrazo.
Solo cuando se está o se ha estado enamorado se entiende de verdad cómo cambian los colores que irradiamos y que percibimos.
Hermosa historia de amor, Sr. Dib
Buscar los colores que nos ayuden a entender a nuestro amor. Me ha gustado mucho esta paleta, Humberto.
Besitos
me gusto mucho la paleta de colores felicidades besitos
No Humberto, pero estoy tramitando la ciudadanía...:-)
Muy original Humberto, me ha encantado.
Muy onírico y colorista. Me gustó mucho.
Este es un perfecto ejemplo de asociación provechosa. Humberto enaltece al Microrrelatista y el Microrrelatista enaltece a Humberto.
Un golazo, Humb.
Stefi
Genial¡
Un abrazo :)
Jaja, pobres de nosotros cuando hacemso semejantes falsificaciones de nuestro tono para adecuarnos al amor. Me gustó.
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