Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

viernes, 14 de octubre de 2011

Colores

Cuando se conocieron por teléfono, ella era Azul Marino y él Rojo Bermellón. Algo en sus voces los atrajo con la fuerza del imán, así que se las arreglaron para encontrarse. A ella le pareció que para una primera cita el Azul Marino era muy formal, por lo que decidió maquillar su esencia de Turquesa Veneciana. Él también sintió que su color no era el adecuado, que era demasiado llamativo, venía de una familia típicamente Bermellón, lo mejor sería atenuar un poco sus raíces para una primera salida, su opción fue el Rojo Victoriano. Cuando se encontraron, no se reconocieron, pero les pareció que valía la pena probar una vez más. Ella estuvo toda la semana dándose prolongados baños de amarillo hasta que logró un Verde Tritón; la elección de él fue menos acertada, a las apuradas se disfrazó de Naranja Fiesta. Hablaron bastante aquella segunda noche, pero no terminaron de entenderse. Habría una tercera oportunidad, lo mejor para ambos sería cambiar por completo. Ella probó con Caqui Dorado y él con un suntuoso Violeta Palacio. Fue otro fracaso, tenían la sensación de que no eran los mismos, de que, tal vez, se hubieran equivocado y que aquella primera impresión hubiese sido errada. El sábado irían al teatro, sabían que era la última oportunidad, la jugada de ambos debía ser genial. Sin dudarlo, ella aderezó su espíritu de Rojo Bermellón y él de Azul Marino. Al verse así en espejo, no pudieron pronunciar una palabra, tan sólo se rieron y se abrazaron, enterados de que el Destino es una trampa asíntota.

Después de un tiempo -y olvidados ya de sus diferencias-, se fueron a vivir juntos. Ahora tienen un hijo, es de un tono indefinido, muy parecido al que se consigue cuando se mezclan pinturas de diferentes colores.

20 comentarios:

Unknown dijo...

Predestinados.

montse dijo...

¿Existe eso?

Javier Ximens dijo...

Me gusta esta paleta de colores. La moraleja está clara: solo cuando nos vestimos para la pareja nos enamoramos. Es decir, cuando sintonizamos con sus gustos y opiniones, anhelos y esperanzas, respetando las contrarias. Y si no lo he entendido, Humberto, tampoco importa pues es lo que me has transmitido.

A.Torrante dijo...

Hoy me encuentro más cómodo entre blancos y negros, estoy muy binario, y dicen que los cordobeses básicamente se mueven con tres colores: amarillo paaatito, verde boootella y negro culeau!

Laira dijo...

Los polos opuestos de desean, siempre es mejor ser tu propio color, ser tu mismo..
Me ha encantado,¿qué haces tu que no me guste a mi?
1 besaco.

omar enletrasarte dijo...

Tiene por mensaje: "no finjas ni intentes ser quien no eres"
Excelente Humberto!!
un abrazo para vos

Paloma Hidalgo dijo...

Un repaso concienzudo a la paleta, y a los sentimientos, esos que nos encasillan a veces en el lugar equivocado. Lo que lamento es lo del niño, en principio "la genética colorista" debía haberle otorgado un precioso violeta, de genciana por ejemplo. Los niños, que siempre terminan pagando los platos rotos de los padres.

Saludos

Humberto Dib dijo...

Carlos: Se podría decir que lo que está predestinado es difícil de modificar.

Montse: En mi imaginación parece que existe.

Ximens: Lo has entendido perfectamente.

A. Torrante: ¿Qué podía esperar de usted, no me diga que es cordobés?

Laira: Eres muy bondadosa con tus palabras, aquí, allá y más allá.

Omar: Es la idea, pero siempre estamos fingiendo un poco para tener aceptación.

Paloma: Hago mío ese violeta que propones y tienes razón, los hijos reciben esa mezcla genética que heredan de los padres.

Un abrazo.

Nicolás Jarque dijo...

Humberto, no es bueno disfrazarse de lo que uno no es cuando se trata de conquistar a alguien, pues se corre el riesgo que no guste o que el tiempo te acabe por descubrir. Me ha gustado mucho este micro que muestra esto.
Un abrazo.

Sabrina dijo...

Un relato muy profundo, Humberto, de esos a los que nos tienes acostumbrado en tu blog. Te dejo un beso.
Sabri!!

ISIS dijo...

Por lo menos, el niño, no tendrá problemas, con su color indefinido, podrá ser lo que quiera.

Un abrazo.

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Solo cuando se está o se ha estado enamorado se entiende de verdad cómo cambian los colores que irradiamos y que percibimos.

Hermosa historia de amor, Sr. Dib

Elysa dijo...

Buscar los colores que nos ayuden a entender a nuestro amor. Me ha gustado mucho esta paleta, Humberto.

Besitos

goge dijo...

me gusto mucho la paleta de colores felicidades besitos

A.Torrante dijo...

No Humberto, pero estoy tramitando la ciudadanía...:-)

Julie Sopetrán dijo...

Muy original Humberto, me ha encantado.

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Muy onírico y colorista. Me gustó mucho.

Stefania dijo...

Este es un perfecto ejemplo de asociación provechosa. Humberto enaltece al Microrrelatista y el Microrrelatista enaltece a Humberto.
Un golazo, Humb.
Stefi

Tonet dijo...

Genial¡

Un abrazo :)

Anónimo dijo...

Jaja, pobres de nosotros cuando hacemso semejantes falsificaciones de nuestro tono para adecuarnos al amor. Me gustó.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.